Luis Garrido había vivido y se jubiló en Estados Unidos. Pero para los últimos años de su vida había resuelto volver a su San Juan, con familia y todo. Hizo punta para instalarse en una casa de Sargento Cabral, metros al Oeste del cruce con Callejón Ullum, en Rivadavia.

Pero su familia no pudo seguirlo, porque en pleno trámite de mudanza los sorprendió la pandemia de Covid-19. Por eso Luis vivía solo, aunque rodeado de sus amistades de siempre. Con ellos había formado un grupo de Whatsapp y se mensajeaba todos los días, pero esos amigos le perdieron el rastro el lunes por la noche, contaron ayer fuentes policiales. El martes volvieron a intentar contactarlo y nada.

Hasta que ayer al mediodía, uno de ellos fue hasta la casa, abrió la puerta porque le habían confiado una llave, y lo encontró sin vida en la cocina. Según la Policía, todo adentro estaba en orden y a simple vista Luis no tenía lesiones que pudieran indicar un ataque. Eso sí, apenas los policías de la seccional 23ra llegaron, ese amigo les dijo que Garrido sufría problemas del corazón (entre otros) y por eso ayer la principal hipótesis es que pudo morir a causa de esa afección.