Durante el relato de los hechos que realizó Fiscalía poniéndolo en la mira como uno de los principales implicados por el crimen del jubilado César Juvencio Bustos (87), el exconvicto Fernando Luis Delgado Recabarren (33) se mostró ansioso, sobre todo cuando le atribuyeron un homicidio doblemente agravado. Entonces pidió la palabra y ante el juez de garantías Gabriel Meglioli buscó desligarse al asegurar que el día del ataque homicida sólo le robó un televisor a otro vecino de la zona y nada tuvo que ver con ese crimen, que se consumó el pasado martes pues Bustos estaba internado en grave estado desde el pasado 28 de junio.

"Yo esa noche estaba en mi casa y como a las 5 salí a robar un televisor. Lo dejé en mi casa y al otro día salí a ofrecerlo al barrio Huarpes (Pocito), pero cuando volví mi mamá ya lo había devuelto a la seccional 6ta. Después me fui a la casa de mi mujer, le conté que había robado y ella me dijo "con qué necesidad". También me dijo que había muerto un hombre a la vuelta de mi casa, pero yo nada que ver", afirmó Delgado.

Y luego de decir que es soldador, que trabaja en una empresa y que intentó, sin éxito, hablar con uno de los hijos de la víctima, redobló la apuesta: "Yo quiero ayudar porque soy inocente... no soy el único que anda robando ahí (en el barrio). Y no es nomás apuntar y decir "vos mataste", hay que buscar pruebas".

Fiscalía le atribuyó un homicidio con dos agravantes. Ese delito se castiga con perpetua.

Para el fiscal de la UFI de Delitos Especiales Francisco Micheltorena (ayer asistido por Francisco Pizarro, Adrián Elizondo y César Recio), Bustos fue atacado entre las 8,30 y las 11,30 de aquel 28 de junio pasado en su casa del barrio San Ricardo, Rawson, por al menos tres sujetos, incluido Delgado.

También aseguró que esas personas golpearon con una llave francesa en la cabeza al anciano, le robaron unos $90.000 y dejaron abierto el gas con la idea de provocar un incendio y así borrar sus huellas.

Para la Fiscalía, el sentido de toda esta violencia desplegada por el sospechoso Delgado y sus cómplices tenía un motivo: evitar que el anciano pudiera delatarlos, porque los conocía.

Por eso le atribuyó el delito de homicidio con dos agravantes: criminis causa, es decir haberle dado muerte para asegurarse la impunidad en el robo. Y agravado también por la participación de dos o más personas.

Para ese ilícito no cabe otra pena: perpetua.

Según fuentes judiciales, Delgado cumplió en septiembre del año pasado una condena de 4 años y 8 meses por robo agravado y abuso sexual. Y su panorama es complicado, porque durante la investigación se recabaron testimonios, le secuestraron ropa con posibles manchas de sangre, también un gorro y una campera de la víctima cerca de su casa.

Ayer, Fiscalía pidió 2 años de plazo para investigar y uno de prisión preventiva. Pero el juez adhirió al planteo de los defensores Alejandro Castán y Mario Morán, para que sólo sean 6 los meses que permanezca con preventiva. Le dio 1 año para investigar a Fiscalía y mandó al Penal al sospechoso.