Uruguay, 2 de enero.- Rubén Castro, el médico forense que intervino en la autopsia a la adolescente asesinada en Uruguay, Lola Chomnalez, desmintió hoy que la joven haya sido "enterrada vida", y estimó que "el fallecimiento tiene que haber sido entre la noche del sábado y la madrugada del domingo".

Para Castro, por la contextura de la víctima y las lesiones, "el agresor tendría que ser o una persona muy robusta o más de una persona". Consultado sobre si se resistió al ataque, contestó: "No tiene lesiones de defensa, como si la hubiesen agarrado por sorpresa". Y añadió. "Las estadísticas dicen que cerca del 80% este tipo de lesiones o de violencia se da generalmente en el entorno. Es una estadística, un número frío extraído de la matemática".

Que no haya intentado defenderse merma las esperanzas de que se encuentre material genético del agresor en el cuerpo de la víctima, pero esa posibilidad no está descartada. "Podría haber ADN debajo de sus uñas, pero las tenía muy prolijas y cortas. Ese estudio todavía no está completado", explicó.

"Si bien tenía cuatro heridas de arma blanca en el cuello, eso no le causó la muerte; la muerte fue por sofocación, invasión de vía aérea inferior y superior por arena. A un fallecido se le puede poner arena en la boca, en la nariz, pero de las cuerdas vocales hacia abajo no entra, necesita inspirar para que pase. Esto implica que para que ingrese ese material tiene que haber estado vital", precisó Castro.

Además de las lesiones en el cuello los peritos encontraron "una traumatismo frontal izquierdo, probablemente un golpe de puño o codazo, que sólo causó un pequeño hematoma superficial que no la habría hecho perder el conocimiento, y un puntazo en el brazo de derecho".

Sobre el arma, indicó: "Por el tipo de la lesiones, nos indicaría que no tendría mucho filo. Podría ser un cuchillo dentado, tipo de cocina. Hay una lesión que va desde la base del cuello y que sólo lesiona las capas superficiales de la piel y el sector subcutáneo. Si hubiese sido un cuchillo filoso o un arma blanca como una navaja o cuchilla, habría pasado todos los planos".

En declaraciones a radio Belgrano y el canal TN, Castro ratificó que quedaba descartado "el móvil de intento de violación". Lo explicó así: "El cuerpo tenía sus ropas alineadas, su short, su malla, descartamos violencia sexual en ese momento". Y deslizó: "Es un caso tremendamente difícil, no sólo por la falta aparente de móvil, sino porque todas las personas involucradas de una forma u otra, parecería que las historias vienen de acuerdo a quien las pronuncia".

Uno de los puntos clave de la investigación es el momento del asesinato. "La data de la muerte que fijamos fue de 48 a 72 horas. Si bien es cierto que los fenómenos de putrefacción existen, en el caso de ella estaba cubierta con arena en un sector donde daba el sol. Hizo mucho calor esos días y se aceleran los procesos. El fallecimiento tiene que haber sido entre la noche del sábado y la madrugada del domingo", expresó.

Otra arista considerada fundamental por los investigadores es el lugar en el que fue encontrado el cuerpo, que pese a ser de difícil acceso, parecería que Lola fue voluntariamente hasta allí. "El cuerpo fue hallado (el martes) a unos 150 metros de la costa. No hay signos de arrastre ni de violencia en el camino ni nada que nos haga pensar que la llevaron desde otro lado", contó.

"Nos llamó la atención que sólo se veía el borde de su short. No había otros elementos que indicaran la presencia del cuerpo. Si no hubiésemos sabido que allí había un cuerpo, hubiese pasado desapercibido. Lo encuentra un menor de 14 años, hijo de un residente del lugar, que le indica al padre, el padre concurre al lugar y finalmente da aviso a la Prefectura", concluyó el profesional.