El Concejo Deliberante de Angaco carga con insólitos episodios en años anteriores, como una sesión conducida por un locutor y otra que no se pudo llevar a cabo porque el recinto fue cerrado con candado. Ahora, se le suma otra situación increíble. Ediles opositores al intendente Carlos Maza Peze llevaron adelante una sesión en la plaza departamental porque, dicen, no les dieron lugar. Incluso, caída la noche, tuvieron que alumbrarse con una linterna para poder terminar la tarea. Los que llevaron adelante el llamativo cónclave fueron Claudio Palacio, Valeria Olivera y Natalia Marín, junto a un asesor. Marín defendió la movida y sostuvo que la sesión es legal, ya que cuentan con la mayoría necesaria (tres votos de cinco). En esa línea, decidieron rechazar el pedido que hizo el jefe comunal para que en el terreno expropiado para el Parque Industrial se construya un barrio del IPV. Ante el hecho, el presidente del Concejo, Alejandro Paredes, salió al cruce y dijo que esa sesión no es válida porque él ya había dado por concluida la que debió realizarse el martes, que no prosperó por falta de quórum. Además sostuvo que el tema del terreno fue excluido del debate y que había regresado al Ejecutivo municipal.

La insólita reunión en la plaza se dio luego de que DIARIO DE CUYO diera a conocer las duras críticas que el jefe comunal hizo contra los concejales opositores porque no habilitaron el número para debatir la situación del terreno. Maza Peze había dicho que Palacio, Olivera y Marín "no piensan en los angaqueros y no sienten las necesidades del pueblo". Sobre ese punto, Marín respondió indicando que "el intendente debería estudiar antes de dar declaraciones, porque la gestión de José Castro dejó terrenos para construir 400 casas. Por eso, no hay necesidad de cambiar el destino del Parque Industrial". Según explicó, ese punto quedó plasmado en la resolución que ella y sus colegas firmaron el jueves en la insólita reunión que llevaron adelante en la plaza. Sobre los motivos, dijo que "se le comunicó al presidente del Concejo que íbamos a sesionar a las 18, para que nos otorguen el espacio físico, junto con los asesores y los secretarios del Concejo, pero no tuvimos respuesta y, al tener mayoría, decidimos hacerlo en la plaza". Además, dijo que dicha resolución será comunicada la semana que viene al intendente.

Por su parte, el presidente del cuerpo, Paredes, sostuvo que "la edil Olivera me envió un Whatsapp sobre las 15, indicando que se iba a sesionar a las 18, nada más. Ninguna comunicación formal, ni ingreso de pedido por la secretaría del Concejo". Además, expresó que "el recinto estaba habilitado para usarse y también la oficina de reuniones del municipio. Ellos firmaron el jueves pasado un acta para retomar la sesión este martes y no lo hicieron. Como no dieron quórum, di por cerrada la sesión y los temas (incluido el cambio de destino del terreno) fueron levantados y remitidos al Ejecutivo municipal para que, si lo cree conveniente, lo ingrese en otra sesión". También indicó que "ellos se pueden reunir en una casa o en una plaza, pero yo, como presidente, tengo la facultad de convocar. Me llama la atención lo que han hecho porque no es la manera de manejarse.

  • Otros episodios en el Concejo Deliberante

En 2018, el exconcejal José Risueño (aliado de José Castro y luego distanciado) promovió una reunión secreta con sus pares y así obtuvo los votos suficientes para hacerse de la presidencia. En dicha sesión, ingresaron trabajadores municipales y hubo fuertes cruces en el recinto. Un año más tarde, por unanimidad, los ediles decidieron suspender al intendente por 30 días, medida que fue rechazada por la Justicia. En la primera gestión de Castro, el concejal Enrique González se alió a dos opositores y le ocasionó dolores de cabeza al entonces jefe comunal.

  • Amenazas

La concejal Natalia Marín denunció en la Comisaría de Angaco que recibió amenazas, al igual que su familia. La edil indicó que recibió un llamado telefónico intimidatorio por su desempeño político en el Concejo Deliberante.