Con una larga exposición que duró una hora y 40 minutos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner abrió ayer el período 129 de sesiones ordinarias del Congreso destacando algunas pautas económicas y sociales de su gestión.

En el último discurso de su actual mandato ante la Asamblea Legislativa, la presidenta anunció ayer que se decidió extender la Asignación Universal por Hijo a mujeres embarazadas a partir del tercer mes de embarazo, una medida que se pondrá en marcha el 1 de mayo.

Sin hablar de inflación, la mandataria defendió enfáticamente el modelo económico vigente, al subrayar que logró "el más fuerte crecimiento económico de los últimos 200 años" y "el desendeudamiento más importante". Tras destacar que se ha reducido el trabajo no registrado, afirmó que "hubo una reducción del 7,3 por ciento en el desempleo, por eso con el plan 2020 se llegará a una desocupación del 5 por ciento".

La presidenta arribó a las 11.33 -15 minutos antes de la hora prevista- al Palacio Legislativo, donde fue recibida por diputados y senadores de diferentes bloques legislativos.

Sumando misterio respecto su eventual candidatura para este año, CFK dijo: "¿Alguno me ha escuchado a mí que voy a ir por la reelección en 2011?". Por otra parte, negó que el oficialismo aspire a reformar la Constitución Nacional con el objetivo de habilitar una segunda reelección en 2015. "Si no he logrado una minoría simple para una norma que han tenido todos los presidentes como es el Presupuesto, ¿a quién se le ocurre lo de la reforma constitucional?", se preguntó la mandataria, que motivó cánticos entre los presentes que pidieron "para Cristina, la reelección".

En su discurso sobresalieron anuncios concretos como el envío al Congreso de leyes de propiedad de tierras y de adopción, así como un nuevo impulso a las ya enviadas sobre trabajo esclavo y lavado de dinero.

Asimismo, abordó "el flagelo de la inseguridad" al anunciar una reestructuración de la Policía Federal y destacar que hubo una reducción del nivel de delito. Despertando malestar en la oposición, la presidenta afirmó que el 2010 "ha sido el año de menor producción legislativa", aunque aclaró que no es la "fiscal de nadie". Durante su discurso, la mandataria realizó ante los legisladores nacionales presentes una "convocatoria a todos ustedes" para "poder dar una vuelta de página en todo sentido porque nos hemos reencontrado los argentinos".

La presidenta hizo un discurso con distintos tonos: por tramos moderados, pero sin perder el cariz de confrontación, donde no faltaron toques de ironía, pases de facturas para aliados, opositores y sectores productivos; como tampoco momentos emotivos (como cuando recordó episodios de la gestión de Kirchner), y plagado de datos estadísticos y cifras.

Además, efectuó pedidos a los sindicatos por medidas de fuerza menos extremas (mientras desde las gradas la escuchaban atentos los jefes cegetistas Hugo Moyano y Julio Piumato) y el pase a la órbita del ministerio del Interior la confección de pasaportes y cédulas de identidad. "Yo quiero seguir siendo compañera de los sindicatos y no cómplice de maniobras que perjudican a otros trabajadores", dijo tras pedir mesura en los reclamos sindicales.

Con vestido negro, con brillos, botones con piedras y collar de perlas, dio un discurso en el que por primera vez apeló a papeles para desarrollar una larga lista de datos sobre la marcha de la economía y los planes oficiales. A cambio de sus palabras, unos 80 aplausos de adhesión del bloque oficialista y los militantes kirchnerista, a razón, casi de uno por minuto.