El miércoles de la semana pasada, el Consejo Directivo del Pro convocó a elecciones internas. Al día siguiente, se conformó la Junta Electoral, la que definió el cronograma, en el que se dispuso que mañana vence el plazo de presentación de listas. Así, en 11 días, se definieron las fechas claves del comicio. "Todo un récord", dijo el opositor Fernando Patinella, quien indicó que se reformó la Carta Orgánica para achicar los tiempos y armar una contienda "a la carta". De esa manera, el oficialismo va encaminado a tener los únicos candidatos y el presidente Enzo Cornejo, actual diputado, reconoció que "hay grandes chances" de que encabece la fórmula para repetir mandato. Frente a ese escenario, distintos opositores dijeron que no competirán ni ven que algún otro espacio rival lo haga. No es lo único, ya que el Tribunal de Disciplina expulsó a un dirigente, tal cual lo había hecho con la vice Gimena Martinazzo, e inició una causa contra otro. "Partido cerrado", una "franquicia" para "intereses personales" y un "apéndice de Producción y Trabajo" fueron algunos de los cuestionamientos internos.

Sobre las expulsiones, Cornejo señaló que el Tribunal actuó independientemente, mientras que, ante las críticas, resaltó que su gestión ha enfrentado falsas denuncias, las que fueron archivadas por la Justicia, lo que es señal de transparencia. Su mandato vence el 4 de diciembre y la elección es el 18 de ese mes, aunque, si hay una sola lista, el comicio quedará reducido a lo simbólico. El diputado asumió en 2020 y ha sufrido el resquebrajamiento de su equipo. La vice Martinazzo se distanció de Cornejo, luego del escándalo por la denuncia que hizo contra el exdiputado nacional Eduardo Cáceres por lesiones, quien, luego, fue sobreseído. La vocal titular, María Eugenia Raverta, también tiene diferencias con el presidente, luego de que blanqueara que, cuando este era secretario General del Pro, le cobró 380 mil pesos por la candidatura a concejal de Capital en 2015.

El tema de las elecciones en el Pro ha sido una puja constante durante este año, al punto que Fabricio Fachinetti, exdirector Regional del Ministerio de Trabajo de la Nación durante la gestión macrista, había pedido que el partido fuese intervenido por la Justicia Electoral, entre otros puntos, por la "obstrucción a la libre afiliación". Sin embargo, en el ámbito judicial desestimaron el planteo. Por esa presentación, Fachinetti dijo que "me iniciaron una causa en el Tribunal de Disciplina para expulsarme", frente a lo que aseguró que "voy a renunciar". Por eso, el afiliado habló de "persecución" y que el objetivo de la conducción "es achicar el partido y tener algunos puestos que le pueda dar Producción y Trabajo, ya que el Pro es un apéndice y una franquicia".

Por su parte, Mario Ortiz reveló que fue desplazado del partido. El afiliado había llevado fichas de afiliación al estudio de la apoderada del Pro, dado que había señalado que la fuerza política "está cerrada". Además, había denunciado a Cornejo por presunto enriquecimiento ilícito justo en la visita del presidenciable Horacio Rodríguez Larreta, aunque el planteo fue desestimado por Fiscalía. Ortiz remarcó que su expulsión "es una jugada pensada por gente que no tiene valores y que lo único que le importa es su propia finalidad política y asegurarse los bolsillos". Por su parte, Patinella habló de "rasgos autoritarios" y que "no hay un respeto democrático" en el partido, mientras que Raverta dijo que el partido tendría "que manejarse más transparentemente".