Sin logo. La tradicional fábrica de galletitas instalada en Albardón, muestra una cartelería vacía en su frente, a la espera de la nueva propietaria, Tía Maruca.

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Lo que parecía un presente incierto para los trabajadores de la fábrica de galletitas de Albardón, se transformó en una buena noticia que alienta un futuro de estabilidad. Es que la empresa cambió de manos y dejará de pertenecer a capitales de origen extranjero para pasar a ser parte de una compañía argentina con intenciones de expandirse en el mercado. Según confirmaron distintas fuentes calificadas, la firma Pepsico, que hasta ahora era la dueña, firmó el traspaso a la compañía bonaerense Tía Maruca, con la novedad de que mantendrá los casi 350 puestos de trabajo que hoy tiene el emprendimiento.


Hasta el momento se desconoce el monto de la transacción, pero sí trascendió que la empresa compradora comenzará a hacer uso de las instalaciones desde el 1 de abril, por lo que nada más falta la oficialización de las partes. Pero lo que si salió a la luz es que en el convenio quedó establecido que la nueva firma también le fabricará productos a su antiguo dueño.


En 41 años, la fábrica de galletitas atravesó por una serie de marchas y contramarchas para comenzar su actividad en la provincia, cosa que se materializó recién en 2003 (Ver recuadro). Desde esa fecha, también experimentó el cambio de propietarios y su último dueño fue la internacional Pepsico, subempresa encargada de la fabricación de alimentos de la mundial marca de bebidas Pepsi.


Las fuentes consultadas explicaron que la compañía de capitales extranjeros tenía desde hace varios meses intenciones de desprenderse de la fábrica albadonera, lo que generó mucha incertidumbre entre los empleados. Una fuente señaló que Pepsico tenía un porcentaje muy alto de productos desechados, llegando en algunos casos al 20 por ciento del total y también, un índice elevado de ausentismo entre su personal, cercano al 15 por ciento.


La noticia sobre los deseos de vender la fábrica corrió como reguero de pólvora dentro del rubro, ya que varias empresas fueron las que se mostraron interesadas en adquirir la planta e invertir en San Juan. Hubo charlas con distintas firmas, como Terrabusi, según las fuentes, pero la negociación que resultó satisfactoria fue la de empresa familiar Tía Maruca, que produce desde 1998 distintos productos en Argentina.


Para esta empresa es una apuesta fuerte en el mercado, ya que cuenta con tres plantas distribuidas en Buenos Aires y entre todas suman más de 200 personas, mucho menos de la cantidad de empleados que tiene la fábrica albardonera (Ver destacado).


Según las fuentes, uno de los miembros de la familia Ripani, titular de la firma, llegó la semana pasada a San Juan, se acercó hasta la fábrica y dialogó con los empleados, a quienes les aseguró que ningún puesto de trabajo se verá afectado con el traspaso de propietarios. La conversación llevó tranquilidad a los operarios que ahora ven con expectativa un nuevo comienzo. 


Al parecer, la intención de Tía Maruca, que fabrica Fajitas, Pepas, Palmeritas, Maruquitas, Varitas de hojaldre, Anillos de coco y Madalenas, entre otros productos, es expandirse dentro del mercado interno donde tiene una fuerte presencia y, de ser posible, exportar algún producto que puede ser fabricado en San Juan.


Autoridades locales aseguraron que la firma bonaerense se hará cargo de la planta albadonera el primer día el mes que viene, donde se espera que lleguen los nuevos directivos e integrantes de la familia Ripani. 
 

Idas y vueltas

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En 1976, en el marco del régimen de promoción de la ley 20.560 y la provincial 19.375 del plan Huarpes, el holding empresario Sasetru se comprometió junto con la Nación a instalar y poner en marcha una fábrica de galletas en Albardón. Por esos años, el grupo económico (Salimei, Seitún y Trucco), formado en 1949 para la fabricación de aceite, se había convertido en una enorme compañía alimenticia. Con las promesas de la promoción, Sasetru invirtió 25 millones de dólares, pero la Nación no entregaría los subsidios prometidos y sí se los dio a otras dos fábricas de galletas. 


En 1980, cuando hacía pocos meses que se había inaugurado la fábrica local y estaba en período de prueba, Sasetru declaró la quiebra. En el retorno de la democracia, Leopoldo Bravo reanudó los intentos y le arrancó al presidente Raúl Alfonsín el compromiso de rehabilitar el complejo, pero no se pudo dar. En los ‘90, el sanjuanino Jorge Escobar y el jefe de Estado nacional, Carlos Menem, también fijaron sus respaldos, pero las iniciativas no avanzaron. En 1997 la compró el grupo Dilexis en 4,5 millones de dólares y en 2002 consiguió la promoción industrial. Al año siguiente, el presidente Néstor Kirchner la inauguró y se concretó el primer envío de la compañía. En 2011 la adquirió la firma Pepsico.
 


De Buenos Aires a San Juan

Expansión
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La empresa Tía Maruca fábrica productos dulces, salados y hasta alimento para celíacos. Según publicaciones de medios nacionales, tiene tres plantas en funciones en Buenos Aires. Las fábricas están instaladas en Luján, Chascomús e Ituzaingó.