En una jugada que tomó por sorpresa a los opositores, incluidos a los de su seno interno, la gestión uñaquista presentó ayer en la Legislatura el proyecto de un nuevo Código Electoral, el cual se trató sobre tablas y los diputados aprobaron por mayoría. De esa manera, el oficialismo eliminó las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) provinciales, a 11 años de la sanción de la ley, por lo que en 2023 habrá un solo comicio general para elegir todos los cargos locales. Así, se restauró el viejo sistema de internas en los partidos o alianzas para la selección de candidatos que, luego, ofrecerán a los ciudadanos. Además, la normativa no incluye el sistema de lemas y no contempla el mecanismo conocido como colectoras. En este último esquema, el candidato a gobernador no puede llevar más de un postulante a intendente en un departamento, por ejemplo.

La movida se dio en una sesión sumamente caldeada y bajo extrema tensión, que llevó a los memoriosos a recordar los duros debates durante el Gobierno escobarista o el de la Alianza. El proyecto uñaquista contó con el respaldo del PJ orgánico, del bloquismo y de diputados aliados. El rechazo vino de legisladores giojistas y de Juntos por el Cambio (JxC), lo que los terminó uniendo (ver nota vinculada).

En San Juan, las PASO comenzaron a funcionar en 2011 y consistían en que los sanjuaninos, de manera obligatoria, debían meterse en la vida interna de los partidos o coaliciones para votar y definir a los candidatos que, luego, competían en la elección general. El gobernador Sergio Uñac anunció, tras las legislativas de este año, que iba a eliminar las primarias debido a que, entre otras definiciones, estaban siendo "incómodas" para la sociedad. Según una encuesta del Instituto de Opinión Pública y Proyectos Sociales (IOPPS), el 82 por ciento de los consultados está de acuerdo con borrar las PASO. De hecho, la herramienta electoral ha venido acumulado críticas de que se trata de un gasto innecesario porque no define nada y que es una encuesta cara. Además, es usada muy poco por los frentes y partidos, sumado a que hay ciudadanos que no entienden su razón de ser.

Con esa premisa, el nuevo Código borró todo lo que estaba vinculado a las primarias. Entre los cambios, además, venía sonando la posibilidad de la instalación de un mecanismo de lemas y sublemas, el cual se implementó en 1995 y parcialmente en 1999. El sistema consiste en que, por ejemplo, una agrupación puede presentar varios candidatos a gobernador, como sublemas, y el que sacó más votos se lleva los de sus rivales de ese lema. El tema es que ese vencedor, por sí solo, pudo haber sacado menos adhesiones que un adversario de otro partido o frente electoral y, aun así, se termina imponiendo. Por eso, el mecanismo es sumamente cuestionado y tildado de inconstitucional. El flamante cuerpo normativo no prevé nada de lemas ni sublemas.

Por otro lado, el Código no contempla el llamado sistema de colectoras, el cual se aplicó hasta 2009 y no tuvo cuestionamientos legales. El mecanismo consiste en que, por ejemplo, un candidato a gobernador puede autorizar que distintos postulantes a la Intendencia de un departamento peguen sus boletas con la de él. La norma señala que los candidatos que van a participar en las elecciones generales "solamente podrán ser los que resulten electos en los procesos de selección internos partidarios". Así, las fuerzas políticas deben volver a instrumentar sus internas para definir postulantes. Por ende, el Código no prevé que un candidato al máximo cargo local pueda llevar a aspirantes de otros espacios políticos.