A pesar de la apatía con la que llega esta elección, 557.263 sanjuaninos definirán hoy cuestiones políticas e institucionales verdaderamente importantes: el oficialismo arriesga la continuidad de un gobernador, el modelo económico que impulsa y su liderazgo político. Por el lado de la oposición el testeo pasará por confirmar si efectivamente hay un cambio de nombres propios en los puestos de mando, ya que por primera vez desde 2003 el opositor con mayores chances no es Roberto Basualdo. A diferencia de las PASO, donde todo transcurrió por los medios de comunicación, esta vez la campaña se aprovechó de la anarquía de las redes sociales, que multiplicaron con exagerada frecuencia acusaciones intencionalmente falsas y provocaron vacíos debates entre partidarios de todos los colores. Como último elemento de campaña, aparece la política nacional, que si bien poco ha impactado aún en la opinión de los sanjuaninos, tiene a los máximos referentes locales en vilo, en vísperas del último día para armar alianzas nacionales, nada más y nada menos.


Sólo pasaron 62 días entre las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 31 de marzo y las Generales de hoy, 2 de junio. En esos dos meses y pico hubo pocos escándalos, casi nada de propuestas y cero debates, lamentablemente. El oficialismo y toda la oposición decidieron bajarle el tono a la disputa política, un poco asustados por la situación económica y otro tanto por conveniencia mutua. Esa decisión indudablemente influyó en buena parte de la ciudadanía, que se desinteresó de la contienda electoral: a modo de ejemplo, recién el martes pasado un grupo de bikers suspendió una carrera programada para hoy desde hacía meses; ninguno se había percatado de que la competencia se iba a hacer el mismo día de la elección general. Y así hay situaciones similares por todas partes. De igual forma en la Justicia Electoral y en los partidos políticos esperaban superar el 75,73 por ciento de asistencia a las urnas de las PASO y usaban como argumento la supuesta condición de tradicionalista que le atribuyen al sanjuanino. 


Indudablemente las fichas más importantes las pone sobre la mesa el gobernador Sergio Uñac. El pocitano obtuvo en las primarias el 55,74% de los votos, una holgada diferencia respecto de Marcelo Orrego, su inmediato perseguidor, quien llegó al 32,18% de los sufragios. Para esta primera etapa electoral del año, Uñac logró ampliar el frente que lo llevó a la gobernación en 2015 y contuvo desde sectores de izquierda hasta el kirchnerismo, decaído luego de los fracasos electorales nacionales de ese año y de 2017. Además de partidos sumó, entre otros dirigentes, al intendente de Ullum Leopoldo Soler, quien prefirió alinearse al oficialismo a mantenerse en Cambiemos, la coalición con la que llegó al poder. Para controlar al resto de los departamentos el presidente del Frente Todos bajó dos líneas que se respetaron en casi todos los casos: los intendentes que quieran repetir lo podían hacer y los que no, irían como candidatos a diputados departamentales. La excepción para la primera orden fue Capital y para la segunda, Angaco. En la Ciudad Uñac puso a su ministro de Gobierno, Emilio Baistrocchi, para competirle a Franco Aranda y terminó ganando la partida. En el caso del departamento de José Castro, el intendente va como candidato a diputado, pero en una suplencia. Las del gobernador fueron decisiones fuertes justo en la primera elección que lo tiene como protagonista absoluto: es presidente del PJ provincial y gobierna la provincia. En 2015 debió soportar la inserción de algunos pocos referentes del gobierno anterior, lo que no ha ocurrido en esta oportunidad. El desafío es ganar más o menos con la misma diferencia de las PASO y sumarle departamentos al peronismo, lo que no viene ocurriendo desde hace varias elecciones. El PJ tiene esperanzas de volver a gobernar al menos dos de los que había perdido, aunque el veredicto final lo darán los votos durante la jornada de hoy. Si el anhelo peronista ocurre, el pocitano rubricará sus ginetas al frente del partido, enfrentará las nacionales de otra forma y, tal vez, pueda lograr algún espacio en la mesa de la oposición nacional, convulsionada pero por estos días al borde de las definiciones. 


Esta es la primera elección en 16 años sin Roberto Basualdo como candidato a gobernador. En su lugar el senador impulsó la candidatura de Orrego, quien viene trabajando con él desde hace tiempo en el Senado y en Producción y Trabajo. Orrego eligió despegarse de Cambiemos, la coalición que lo vio llegar al poder en su último período en Santa Lucía, y fundó Con Vos. El intendente intentó bajo todos los medios posibles evitar el arrastre negativo del macrismo por la pésima situación económica que sufre el país, a pesar de que uno de los integrantes de Con Vos es justamente el PRO, el partido del presidente Mauricio Macri. Además de cambiarle el nombre a la agrupación, Orrego le pidió a los referentes del macrismo que se apartaran de la campaña, por tanto Eduardo Cáceres (presidente del PRO local), como el propio Basualdo casi no participaron. Todos hicieron lo que él pidió. Incluso las listas las armó casi en soledad, tanto las de los municipios como las postulaciones de diputados. Todas esas acciones lo ponen como exclusivo responsable del resultado de hoy. Así como el desafío de Uñac es ganar holgadamente y sumar departamentos, el de Orrego es mantener alrededor del 35 por ciento de los sufragios que históricamente ha obtenido Basualdo en las elecciones anteriores. Si eso ocurre y Basualdo se retira, como ya ha dicho, probablemente Orrego termine ocupando ese lugar. Igual hay dudas sobre la salida del senador, cuestión que se empezará a observar mañana mismo.


Con los resultados provisorios de hoy o las primeras horas del lunes y si no hay escándalos, los sanjuaninos mañana amanecerán con nueva dirigencia política, la que deberá asumir el 10 de diciembre de este año. Pero mañana mismo ya habrá que empezar a hablar de la elección nacional, porque el 12 vence el plazo para armar alianzas, lo que dejará grandísimas señales de los nombres propios que luego conformarán las listas de precandidatos a cargos nacionales, que se conocerá el 22 de este mismo mes, máximo. Ahí el problema lo tienen por igual el oficialismo como la oposición sanjuanina. Uñac no podrá despegarse del peronismo, el partido que lo vio nacer. Y si Orrego no quiere volver a Cambiemos, sufrirá los embates de Basualdo, quien ya se ha manifestado a favor de que Producción y Trabajo vuelva a la sombra del macrismo. Todo deberá definirse en cuestión de horas, porque el miércoles de la semana siguiente será el fin del tiempo electoral.


En resumen, la apatía que se vivió durante la campaña electoral fue el resultado de estrategias de todos los partidos. Sobrevoló también la necesidad de disminuir la intensidad debido al malestar de la gente por la situación económica. Pocos se animaron a golpear puertas. Aunque eso no debe opacar la importancia de lo que se vota, y el mismísimo hecho de concurrir a las urnas.