Apareció en los medios en 2011 y saltó a la fama como una de “Las hermanas Pombo" y llegó a trabajar como modelo y vedette.

Sin embargo, descubrió que el mundo artístico no le gustaba y decidió apartarse y seguir su carrera como deportista. Aquella que comenzó cuando tenía cuatro años y empezó a practicar gimnasia artística. Luego entrenó vóley y le fue tan bien que llegó a jugar en la selección nacional. Pero una lesión la dejó afuera durante 10 meses y perdió la posibilidad de disputar torneos importantes.

“Me gustó la mutación de verme mucho mejor. A pesar de que ya era deportista y tenía un cuerpo firme, me empezó a gustar tener más piernas y más glúteos. Yo tengo una cintura chica y me gustaba cómo se veía la línea y la forma del cuerpo”, cuenta quien mide 1,80 metros.

Mientras tanto, seguía las competencias de fisicoculturismo por televisión. “Pero no sentía que podía llegar a competir en alguna categoría, hasta que apareció Bikini fitness, que son chicas atléticas que se nota que van al gimnasio y que tienen apenas un tono muscular”, continúa Pamela.

Ahora, dedicada de lleno al tallado de su cuerpo, consigue más de un suspiro en las redes sociales con cada posteo.