Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de mama es el tipo de cáncer más mortífero entre las mujeres de 20 a 59 años en todo el mundo, y las proyecciones indican que el número de diagnósticos aumentará en las Américas un 46% en el año 2030. Estar informadas sobre la enfermedad, aprender a conocerse y estar atentas a las señales de alerta que brinde el cuerpo son los pasos más importantes para luchar contra esta amenaza. El próximo 19 de octubre se conmemora el Día Mundial de Lucha Contra el Cáncer de Mama y es importante tener en cuenta la información para prevenirlo.

El cáncer surge cuando las células del cuerpo se alteran y se reproducen de forma anormal y sin control. En el caso del cáncer de mama, estas células se multiplican dentro de los senos y forman pequeñas protuberancias, que pueden ser tumores benignos o fibroadenomas.

Es necesario estar atentas a las señales de alerta que pueden dar indicio de la presencia de la enfermedad. Algunas de las más comunes son: dolor en un seno (fuera del período menstrual), secreción sanguinolenta de los pezones, engrosamiento en la mama, cerca de ella o debajo del brazo, cambio en el tamaño o la forma de la mama, piel escamada, roja o hinchada en la mama, el pezón o la aréola, pezón que se vuelve hacia adentro de la mama y huecos en la mama parecidos a la piel de la naranja.

Los controles periódicos, acompañados de la realización de autoexámenes mamarios y chequeos médicos periódicos, aumentan las probabilidades de superar la enfermedad. La prevención debe incluir controles ginecológicos y la realización de exámenes (mamografías y ecografías mamarias) dos veces por año. Estos estudios no invasivos, abarcan la exploración de las mamas y los ganglios que se encuentran en la axila, debajo y sobre la clavícula y en el cuello.

¿Cómo hacerse un autoexamen?

Es necesario que cada mujer aprenda a autoexaminarse y lo realice de forma rutinaria, por lo menos una vez al mes. Es recomendable realizarlo una o dos semanas después del período menstrual para evitar que los senos estén hinchados.

Existen tres posiciones básicas para realizar un examen completo de los senos:

* Acostada:

Recostarse con una almohada o una toalla doblada bajo el hombro derecho.

Doblar el brazo derecho y colócalo bajo la cabeza.

Con la mano izquierda, palpar el seno derecho, utilizando las yemas de tres dedos (el índice, medio y anular) para detectar abultamientos o masas.

Ir cambiando los dedos de lugar de arriba hacia abajo.

Presionar cada área del seno haciendo pequeños movimientos circulares y ejerciendo tres tipos de presión: la más ligera y suave para analizar el tejido más cerca de la piel. Una presión mediana, servirá para revisar la parte intermedia del tejido. La más intensa llegará hasta el nivel más profundo y más cercano a las costillas.

Comprimir suavemente el pezón y observar si hay secreción.

Repetir el proceso en el lado izquierdo.

* De pie ante un espejo:

Esta parte del examen permitirá detectar cambios en la apariencia de los senos y los pezones. Colocarse ante un espejo con los brazos relajados a los costados del cuerpo. Procurando que el lugar esté bien iluminado, observar detenidamente los senos. Mirar los senos desde distintos ángulos y posiciones de los brazos. Cuando el examen se realiza con frecuencia, es cuando más se notan las posibles diferencias: cambios en el color de la piel o del pezón, o si surge alguna protuberancia.

* De pie con el brazo levantado hacia el costado: esta posición permite revisar el área de la axila.

Levantar un brazo a la altura del hombro.

Con la mano opuesta, examinar la axila.

Repetir del lado opuesto.

Fuente: Crescenti. Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776), médico, investigador y Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti”