Hay una serie de alimentos, dos en particular, que conviene reducir en la dieta para bajar la inflamación y perder peso. La razón detrás de la decisión de dejarlos de lado radica en la presencia de los advanced glycation end products, más conocidos como AGEs o productos de glicación avanzada.

Los AGEs se forman en la sangre tras consumir algunas comidas, pero también pueden estar presentes en productos que son preparados de alguna forma particular para su consumo. Estos compuestos inflamatorios se hallan en alimentos comunes de la dieta occidental, en la que abundan los ultraprocesados y los carbohidratos.

Al reducir el consumo de las carnes grasas y los lácteos, notarás una disminución de la inflamación en tu organismo. Como efecto asociado, lograrás bajar de peso.

Así lo confirma un estudio publicado en Obesity, Science & Practice, en el que se señala que seguir una dieta en la que los alimentos que se consuman sean prioritariamente de origen vegetal, reduce los AGEs en un 79%. Por otro lado, la investigación enfatiza que comidas regulares con carnes y lácteos frescos disminuyen la presencia de estos compuestos también, pero solo en un 15%.

Los autores también explican que esto ocurre porque los AGEs se encuentran en una mayor concentración en los alimentos de origen animal. Preferir alimentos de origen vegetal contribuiría a tener una mejor salud.

En especial, porque los AGEs afectan los marcadores de la salud metabólica. Por lo tanto, reducir los dos alimentos mencionados, entre otros preparados con agresión térmica, mejora la sensibilidad a la insulina (un factor de protección frente a la diabetes).

Según detallaron los científicos que participaron en este hallazgo, los AGEs inflaman el medio interno y contribuyen a aumentar de peso cuando las proteínas o la grasa se combinan con la glucosa en el flujo sanguíneo. Es en ese momento en que, además de provocar la inflamación, generan estrés oxidativo.

Este último factor es desencadenante de la aparición de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y la enfermedad arterial periférica. El documento hace énfasis en que el consumo de los dos alimentos mencionados en una persona con síndrome metabólico es aún más peligroso, porque la producción de AGEs se vuelve más activa.

Esta conclusión tan importante fue posible a través del análisis de 244 participantes que fueron divididos en dos grupos. El primero consumió una dieta basada en plantas y baja en grasas, mientras que el segundo no presentó cambios en su dieta.

El ensayo duró 16 semanas, tiempo en el que se analizó a los pacientes. Se les practicaron medidas de control sobre su composición corporal, las proporciones de grasa y músculo, y análisis de sangre para identificar el nivel de resistencia a la insulina.

Para sorpresa de muchos, dentro de los alimentos que se deben reducir (carnes y lácteos), se encuentra la proteína animal blanca. Históricamente, esta ha sobresalido como una de las más saludables.

Sin embargo, en esta investigación se determinó que la reducción de la carne blanca fue muy importante, ya que representaba el 59% de los AGEs procedentes de los cárnicos. En comparación, otras fuentes de proteína animal, como la carne procesada, aportaba solo un 27%.

Otra investigación que se ha centrado en los efectos adversos en la salud de los AGEs indica que un aumento en estos componentes en personas con diabetes y enfermedad renal crónica tienen mayores afectaciones en su salud.

Por otro lado, se ha abordado la asociación entre los AGEs y condiciones como la disminución de la memoria, el síndrome de ovario poliquístico, la curación de heridas, la periodontitis, la disfunción eréctil, la apnea obstructiva del sueño, el alzhéimer y la esquizofrenia.