Uno de los primeros hábitos que se puede adquirir para tener un estilo de vida menos sedentario es dejar de lado el ascensor para utilizar las escaleras, tanto en la casa como en el trabajo.

Es una excelente oportunidad para contrarrestar el sedentarismo: “Ayuda a mantener un mejor tono muscular y el bienestar del corazón. Frecuentemente, se propone subir un piso o dos, ya que representa un ejercicio suficiente para mantener el nivel de adecuación cardiovascular”, destacó el médico deportólogo y cardiólogo Jorge Franchella (MN: 44.396) en una columna del sitio ConBienestar.

Esta acción ayuda a vasodilatar (bajar la tensión arterial), a aumentar el colesterol bueno, a quemar azúcar y grasas, a reducir el peso, a mantener joven la materia gris y a prevenir la obesidad y la diabetes.

Si uno no está acostumbrado, subir las escaleras puede ser un poco agotador al principio. En ese caso, es recomendable optar por bajarlas, pero ¿se hace el mismo ejercicio? Depende de la cantidad de pisos que uno descienda.

Según Franchella, bajar tres pisos equivale a subir uno. Es decir, que si elegís bajar, le tenés que dedicar más tiempo a esta actividad para obtener el mismo resultado. Esta puede ser una buena alternativa para los que no tienen esta costumbre.

Una vez se obtiene una mejor forma física es aconsejable combinar las subidas y bajadas para trabajar mejor toda la musculatura de las extremidades inferiores. De hecho, existen entrenamientos al aire libre que usan las escaleras de las calles o las plazas.

Fuente: ConBienestar