El centro asistencial Arturo Cabral de la Colina, que funciona en la villa cabecera de 9 de Julio, es uno de los pocos que atiende durante todo el día. Es que para hacer frente a la alta demanda de la población (1.000 consultas por mes en verano, muchas más en invierno) a los médicos de la mañana les paga Salud Pública y a los de la tarde, la Municipalidad de 9 de Julio. La contrapartida es que las postas sanitarias que son satélite tienen atención esporádica, lo que aumenta la demanda en la cabecera. Como no tienen laboratorio, recolectan las muestras para análisis y papanicolau y las envían a analizar a la Capital. No tienen ambulancia: cuando la necesitan, tienen que pedir la del municipio. No hay especialidades médicas, solamente pediatra, clínico, ginecólogo y odontólogo. Los vecinos se esperanzan en que, cuando se construya el CIC a pocas cuadras de ahí, puedan tener el tan anhelado microhospital para no tener que irse al centro cada vez que necesitan un análisis.