A partir de ahora, los sanjuaninos serán testigos (y partícipes) de un cambio cultural profundo en el arbolado público: las moreras y los plátanos, que son las dos especies que más identifican al paisaje urbano de la provincia, dejarán de ser implantados en barrios y espacios nuevos. En su lugar, empezarán a poner especies autóctonas, como aguaribay, acacia blanca y cina-cina, entre otras. Incluso implantarán alguna especie exótica, como el fresno. El objetivo de este cambio profundo en el arbolado es empezar a darles lugar a los ejemplares que no necesiten tanta agua de riego, dado que la sequía histórica que atraviesa San Juan amenaza con seguir varios años más. Y esa premisa es parte de un plan más amplio desarrollado por la Secretaría de Ambiente y consensuado con los municipios, que consiste en combatir las llamadas "islas de calor" con pequeños "bosques urbanos". Es decir, buscar una tregua a la sequía y las altas temperaturas usando la forestación como frente de batalla.

El manejo del arbolado público en la provincia está descentralizado. Ambiente asesora técnicamente y provee de todos los árboles autóctonos necesarios, desarrollados en su vivero que está junto al camping de El Pinar, y los municipios administran y mantienen los ejemplares. En una reunión días atrás con el secretario del área, Francisco Guevara, y el director de Arbolado Público, Osvaldo Olmo, todos coincidieron en la necesidad de hacer un reemplazo progresivo de especies: dejar de plantar las exóticas como moreras y plátanos, que necesitan altas cantidades de agua para estar saludables, y en su lugar avanzar con las especies autóctonas, que resisten mucho más la sequía.

Una nueva meta fijada de acá a dos años es plantar 10.000 árboles nuevos (hoy se estima que en toda la provincia hay menos de 140.000). Olmo lo explicó así: "Esto es un cambio fundamentalmente cultural, que requiere de la aceptación de la especie nativa, dejar de mirar por arriba del hombro a especies como el aguaribay y el algarrobo y aceptarlas como son. Va a llevar tiempo. Pero la única posibilidad de atenuar el cambio climático es forestando, no existe otro remedio".

Las moreras, extendidas por casi todos los barrios sanjuaninos, son resistentes a las podas y dan buena sombra al cabo de 4 a 5 años. Pero, según Olmo, tienen dos grandes contras: requieren de muchísima agua y además sus raíces provocan daño en muchas veredas, levantando el embaldosado.

"La morera tiene grandes raíces de fijación y eso levanta la vereda -dijo Olmo-. En cambio el fresno, por ejemplo, que es una buena alternativa más allá de ser exótico, tiene pequeñas raíces finas que aprovechan mejor pequeñas cantidades de agua y no rompen la vereda".

En cuanto al plátano, también asociado por completo al paisaje barrial sanjuanino y a la zona céntrica y aledaña, es una especie que requiere muchísima cantidad de agua, por la forma de sus raíces y por su gran porte.

El director de Arbolado dijo que la alternativa vernácula que recomiendan para plantar en lugar de plátanos es la acacia blanca. "Es una especie muy linda que supera los 14 metros de alto y tiene bajo requerimiento de agua. Da sombra en pocos años y llega a ser casi tan grande como el plátano", dijo el funcionario.

Otras especies autóctonas que ganan protagonismo ahora son el aguaribay y el cina-cina. Del primero hay varios ejemplares en la zona de la Quebrada de Zonda, y el segundo fue muy utilizado para forestar en la Circunvalación y en distintas zonas de Rawson y Pocito. "Poner especies exóticas en San Juan, con este clima, es un sufrimiento para la planta", acotó Olmo.

El funcionario aclaró además que el reemplazo gradual de especies no implica erradicar los árboles ya plantados, sino que la forestación sanjuanina avance con los nuevos tipos sugeridos.

De este modo, la estrategia para mitigar las islas de calor (zonas de elevada temperatura por el asfalto, construcciones, mucho tránsito vehicular y otros factores) es crear pequeños "bosques urbanos". Es decir, aprovechar cada bulevar, rotonda, plazoleta o espacio verde para forestar con especies autóctonas y crear así barreras a la temperatura.

Otra tarea que tiene por adelante Ambiente, en cuanto al arbolado, es recuperar junto a Hidráulica la red de acequias urbanas. Según Olmo, en las últimas décadas quedó inutilizado el 60% de las acequias. Y arreglarlas servirá para cuidar mejor el arbolado ya existente y el futuro.

> Programa Forestal Provincial, el marco

Todas las nuevas medidas con el manejo del arbolado, así como la planificación y recuperación del riego, se enmarcan en el Programa Forestal Provincial, elaborado por la Secretaría de Ambiente que conduce Francisco Guevara. Al respecto, el funcionario declaró días atrás que "a través de este programa, la Secretaría se encuentra trabajando con los intendentes en la coordinación y elaboración de planes de forestación, utilizando como criterio las diferentes características y realidades de los departamentos de San Juan".

Guevara destacó que en ese mismo programa están remarcados los ejes de "poner especial atención al mantenimiento y limpieza de acequias, la plantación de especies de menor requerimiento hídrico y el cuidado en el uso del agua".

El funcionario puso de relieve además el diálogo con los municipios como herramienta clave.

  • Recreación y cuidado ambiental se dan la mano

 

La secretaría de Ambiente está desarrollando un bosque de aguaribayes en el predio del Parque de la Biodiversidad (foto), junto al camping El Pinar, en Rivadavia. Se trata de un emprendimiento público que comparte dos objetivos: crear conciencia sobre el cuidado ambiental, en especial durante estas épocas de sequía y calentamiento, y al mismo tiempo ofrecer un atractivo turístico con fines recreativos.

El espacio se llamará "Bosque de los Pimientos" y tendrá una superficie total de 5.000 m2. Según detallaron desde la Secretaría, por ahora están llevando a cabo la primera etapa de la obra, que incluye nivelar el terreno y realizar con maquinarias la limpieza del mismo. El paso siguiente será comenzar con la forestación propiamente dicha, para lo que se contempla plantar unos 60 ejemplares de aguaribay. Y luego harán mesas y bancos de madera de carreteles, para completar las zonas de esparcimiento destinadas a los visitantes.

El aguaribay, que es una de las especies autóctonas con la que avanzarán en la forestación provincial, también es conocido como pimiento, no sólo es utilizado como árbol ornamental, sino que además es muy versátil a todo tipo de suelo y clima y es ideal para frenar tanto los vientos como el calor.