Las fechas pasan, La ilusión de sostener esta plaza en Primera División está empezando a colgar de un hilo para este San Martín que se desdibuja conforme pasan los minutos de partidos clave que está obligado a ganar para afirmar sus ilusiones. Contra All Boys era un partido de esos en los que todo el peso de ganar era Verdinegro. Lo sintió el equipo que sigue sin tener peso ofensivo, que se está quedando sin argumentos y que no muestra otra actitud. Así, quedarse en Primera es más que un sueño.

1 Limitaciones

Las necesidades estadísticas de San Martín lo están empujando de entrada a ser protagonista en serio de cada partido. Ya no se puede quedar a esperar a ver qué hace el rival y contra All Boys, San Martín tenía que entrar con toda esa carga. Así empezó, intentando hacerse dueño del partido. Lo pudo hacer en los primeros minutos nada más. Cuando Bogado y Poggi manejaron la pelota, pero después empezó a desnudar todas sus limitaciones para crear juego profundo, para asistir a sus delanteros como se lo merecen. Por eso se convirtió en un equipo previsible, apostando al pelotazo como medio y sin buscar las mejores alternativas para desequilibrar a un rival que hizo poco más que solamente defenderse.

2 Síntomas

Ir al frente, buscar el arco contrario, generar opciones, elegir el mejor camino. Todas esas son ya materias pendientes para este San Martín que se diluye en impotencia. Contra All Boys, nunca pudo hacerse dueño del juego. Le costó darle regularidad a su presión, le faltó ingenio para romper con el esquema del rival. Ni hablar de lo poco que generó de frente al arco. No llegó casi nunca. Penco y Caprari tuvieron que luchar en desventaja. Así, sin argumentos, sostener una posición es casi imposible. San Martín lo sabe.