La luces se encendieron y se apagaron, un humo blanco comenzó a copar todos los rincones del museo y el ruido ensordecedor de las pisadas de dinosaurios hicieron que hasta los adultos pegaran algunos saltos del susto. Así, como si se estuviera dentro de un tren fantasma se vivió el "Maratón infantil, una noche en el museo", del Museo de Ciencias Naturales, donde los visitantes hicieron el recorrido a oscuras para conocer increíbles historias de los dinosaurios que habitaron San Juan y otras partes del mundo. El circuito nocturno se hará hasta hoy en dos turnos, a las 20 y 21,15 (ver aparte), y lo repetirán al menos un fin de semana de cada mes. 


Antes de entrar en el museo los chicos mostraron que traían una linterna. "Les hará mucha falta", dijo uno de los guías como para hacer entrar en clima a los niños. En la primera parada las luces permanecieron encendidas. "Acá están los abuelos de muchos dinosaurios famosos como el Tiranosaurio Rex", les explicó el guía y preguntó si alguien conocía a esa bestia de patas grandes y brazos cortos. Mientras todos respondieron sí a los gritos, las luces comenzaron a apagarse, entre los pasillos se sintió un ruido extraño y el temor y los nervios comenzaron a sentirse. En esta parada algunos niños tomaron a sus papás de la mano, y no la soltaron más, y hasta hubo otros que les piden que los lleven en brazos. 


Historias de dinosaurios que pelearon contra enormes cocodrilos para salvar a un hermano que cayó en arenas movedizas, la lucha de dos bestias que hizo que naciera uno de los rugidos más fuertes del mundo y hasta cómo un pequeño dinosaurio pudo salvar a la cría de otra especie que era 10 veces más grande que él hicieron que los chicos prestaran mucha atención durante más de 1 hora; y hasta ellos contaron algunas historias increíbles. "Yo conozco a los trisetator -triceratops- porque tengo un juego grande", dijo una de las nenas e hizo relajar a los visitantes y los hizo olvidar por un rato del miedo. 


No hubo brujas que volaran en escobas ni calaveras terroríficas, pero sí algunos dinosaurios furiosos. Al avanzar por el circuito, los chicos y algunos adultos llegaron al sector donde se construyen las muestras de dinosaurios y donde se hacen distintos estudios. Por una ventana, se pudo ver cómo pequeñas crías de un dinosaurio querían escapar y llegar hasta donde estaba la gente. Ahí, el chillido agudo de esos dinosaurios se mezcló con el ruido de unas puertas que vibran por fuertes golpes de alguna otra bestia que quería dejar el encierro. Así, entre nervios, sobresaltos y hasta algunas carcajadas se vivió durante tres noches el recorrido.


Desde el Museo dijeron que repetirán esta experiencia durante todo el año, al menos un fin de semana por mes, debido a lo felices que salen los visitantes tras el circuito. Estas visitas se sumarán a las clásicas diurnas que se pueden hacer durante toda la semana. 

Con mucha atención y miedo. Los niños prestaron atención durante los relatos de las historias y muchos no pudieron contener el miedo, que se les notó en el rostro. 
Los ruidos. En algunas paradas el ruido hizo que todos giraran su cabeza y buscaran el lugar de donde venía el sonido.

Visita nocturna

La visita nocturna tiene un costo de $150. Los niños desde los 3 años pagan la entrada. Desde la organización dijeron que hasta hoy hay una promo en la que cada dos adultos un niño entra gratis. Para solicitar turno se puede llamar al 421-6774 o ir a España 456 Norte, Capital. 

Para escuelas

Las visitas diurnas son abiertas a las escuelas. Este recorrido se puede realizar todos los días y las visitas son guiadas. Para coordinar la visita escolar hay que llamar al teléfono 0264-154764667. El costo del taller es de $70 y del tour guiado $40, por niño.