Alberto Mattar, el hombre de 72 años que estuvo detenido anteayer por protestar caminando vestido solamente con una tanga roja por la Peatonal y la Plaza 25 de Mayo contra la presencia de travestis en la cuadra donde vive, está conforme en un primer momento con la medida que tomó porque logró una importante repercusión mediática, aunque reconoció que no se siente cómodo ante tanta exposición.
Y además de brindar detalles del proceso que lo llevó a tomar la intempestiva decisión, agregó que “aunque no me guste para nada lo volvería a hacer, si es necesario salir otra vez a caminar con la tanga lo haré, porque lo tomo como un legado que quiero dejar a mis nietos. Vivo en una zona residencial, que no se la respeta como tal y voy a seguir hasta que se erradiquen todos los trabajadores sexuales de esta zona”.

Enojo. En el terreno baldío que hay en Córdoba entre Caseros y Güemes, los profilácticos usados indican lo que sucede.


Mattar aseguró que el exhibicionismo de los travestis, en ocasiones también se transforma en patoterismo. Indicó que en un terreno baldío ubicado en Córdoba entre Caseros y Güemes -la misma donde vive- es utilizado como albergue transitorio y también como punto distribución de drogas, un tema que fue motivo de llamados al 911 de varios vecinos de la zona.


Anteayer, cuando salió a protestar vestido con la prenda íntima de mujer, reconoció que fue una decisión del momento. “Decía en broma que iba a protestar en tanga, pero me enojé mucho”, señaló el ingeniero agrimensor que admitió que ni él se tomaba en serio las advertencias. La gota que rebalsó su vaso fue que “me robaron un par de computadoras de mi oficina y no quiero con esto decir que sospecho de los travestis. Cuando regresamos de hacer la denuncia, con mi yerno y nieta, en la esquina vuelven a provocarnos, ofreciendo sexo. Llamé al 911 otra vez, para decir lo que sucedía, vinieron rápido, hablaron con los travestis y se fueron, sin hacer nada”.

Mattar dijo que, al desilusionarse otra vez al ir personalmente a exponer el tema a la policía, se encontró con una vecina en la vereda y le hizo el insólito pedido. “La verdad, nunca me acostumbré a usar slip o boxer, siempre usé ropa interior suelta y esto fue muy incómodo. Salí con el maletín para llevar mis documentos y los cigarrillos”, confesó con una sonrisa para describir que en el momento crucial, no la pasó bien. “Lo mismo que en la comisaría”.

Protesta. Mattar caminó vestido apenas con una tanga anteayer y estuvo detenido. Dijo que lo hará otra vez si es necesario.

Añadió que trata de no leer mucho sobre las repercusiones, aunque sabe que tanto en familiares como conocidos, había gente a favor y en contra con lo que hizo. Ayer a la tarde, su hermano juez de Faltas todavía no se había comunicado con él.


“Pero si en unos días, cuando los medios ya no hablen de este tema y si todo sigue igual, lo haré otra vez”, retrucó.


RECLAMO

Alberto Mattar - Vecino Córdoba y Güemes

Nos sentimos totalmente impotentes con el actuar de la policía. Además de ver el comportamiento provocativo de los travestis, hay chicos que entran y salen casi inmediatamente (del baldío), y van hasta autos a entregar algo. Yo creo que hay 
venta de drogas, por lo que no es sólo el negocio sexual”.

No quiero volver a ponerme la tanga. Soy un profesional que trabajó muchos años en este medio. Pero si no localizan a esta gente en otro lugar, me la voy a seguir poniendo todas las veces que sea necesario. Aunque me sigan poniendo preso. No voy a parar hasta tener éxito.

Por mi queja, mucha gente me felicitó. Hasta compañeros de Buenos Aires se enteraron. Sé que también hay quienes no están de acuerdo con mi forma de quejarme. No quiero ganar nada, pero voy a cambiar mi pequeño entorno, que es lo que puedo hacer.

A veces la información dura un par de días y los políticos saben de eso. Pero haré otra movida si los travestis siguen en la esquina. Todavía no he sido citado por el Juzgado de Faltas. Pero que sepan todos que a la tanga no la pienso volver, aunque voy a seguir por ahora vistiendo con saco.