Todos miraban atentos el escenario improvisado frente al horno de cal, pero la primera escena se estaba desarrollando a la izquierda de este lugar. Sólo cuando la potente luz de un reflector iluminó el sitio, la gente se dio cuenta de que la obra había comenzado. Esto se vivió en el Belén Viviente que se realizó en la quebrada Nacif Weiss durante la noche del pasado 25 de diciembre, organizado por la Municipalidad de San Martín. El espectáculo jugó con el factor sorpresa para mantener la atención de las casi 35.000 personas, según la Policía, que concurrieron al evento.

Un ángel colgado del cerro apareció de repente para anunciarle a María que Dios la había elegido para que fuera la madre de su hijo. Esto sorprendió a la gente, y de ahí en más, todo maravillaba, como el viaje de María y José hacia Belén, escena que protagonizaron cabalgando por entre los cerros, y que la gente aplaudió de pie.

María y José se ubicaron en el establo improvisado en una loma, pero nadie imaginó que era para escenificar el Nacimiento de Jesús porque, a la vista, sólo estaban estos dos personajes. La sorpresa llegó otra vez cuando María levantó al bebé que estuvo en la oscuridad y oculto dentro de un moisés, esperando su turno de actuar.

La gente recorrió el cerro con su mirada para tratar de adivinar el lugar donde continuaría desarrollándose el Belén, pero la obra la volvió a sorprender. En el techo del horno de cal apareció Herodes, rodeado de odaliscas, desde donde ordenó matar a todos los niños menores de dos años con la idea de eliminar a Jesús al que anunciaban como el Rey de Reyes. Unos diez jinetes ingresaron al pie de la quebrada a toda velocidad y levantando polvareda, sorprendiendo a la gente que en un principio no entendió qué parte del Belén representaban. El misterio se develó cuando rodearon a un grupo de mujeres que, en vano, intentaron defender la vida de sus bebés.

El Belén viviente en la quebrada Nacif Weiss terminó con un show de fuegos artificiales que, nuevamente, sorprendió a todos los presentes.