La vida de Víctor Luis Marín, un anciano de 78 años, le juega por estos días una mala pasada. Con sus dos piernas amputadas producto de una enfermedad y sin poder hacerse cargo por completo del arancel de un hogar, se topó con la mirada esquiva del Estado. Es que el PAMI no quería hacerse de parte del costo y debió intervenir la Justicia para obligar al organismo nacional.

El hombre vivía en Bermejo, departamento Caucete, y llevaba varias semanas internado en el Hospital César Aguilar (64 días). Por la necesidad de camas y que ya se encontraba mejor de sus dolencia, volvió a su pueblo pero su salud empeoró. Los asistentes sociales lo visitaron y lo encontraron en condiciones deplorables.

"El PAMI no quería asumir su responsabilidad, los familiares habían hecho todos los trámites y nada. El hombre ofrecía todo su sueldo para cubrir los gastos de un hogar pero necesitaba que el resto lo aporte el PAMI", explicó a este diario la jueza de Paz de Caucete, Luciana Salvá.

Marín no tiene chances de poder estar debidamente cuidado en su hogar porque sus seres queridos más cercanos son sus hermanos, todos mayores de 80 años.

Ahora, con la intervención judicial, el PAMI debe sí o sí resolver la situación del anciano, de otro modo Salvá dijo que avanzarán en una denuncia por abandono de persona.