Algunos se acordarán de Javier "Ñoño" Zárate por su gran talento dentro de la cancha de fútbol, desplegando su magia por todo el medio campo de la cancha de Árbol Verde, el club que lo vio nacer. 

El carismático jugador incluso tuvo un breve paso por Mendoza, pero decidió colgar los botines para darle un mejor futuro a sus dos hijos trabajando en la minería sanjuanina. 

Javier en el terreno que ocupan en el Barrio Villa Grande para entrenar.

Sin embargo, el destino le tenía preparada una mala jugada. En 2011, un gravísimo accidente en su moto lo dejó parapléjico. "Estuve dos meses en terapia intensiva, me pinché la médula espinal, perdí un riñón e incluso estuve 40 segundos muerto en el quirófano. Fue muy duro, pero eso es lo que me dio fuerza para seguir y para tomar este camino de intentar darle un mejor futuro a los chicos que más lo necesitan a través del deporte y del merendero", comentó Zárate. 

La escuelita "Bichitos Verdes" está integrada por más de 140 chicos de entre 7 y 18 años.

El duro momento que le tocó atravesar a Javier no le hizo bajar los brazos, incluso luego de recuperarse redobló su apuesta de vida y desde hace tres años ayuda a los chicos del Barrio Valle Grande de Rawson a través la escuelita de fútbol "Bichitos Verdes", el merendero móvil "Gotas de Esperanza" y una olla popular. 

"El fútbol es muy importante para los chicos, porque los saca de las calles, los hace trabajar en grupo, tener disciplina, una contención. No es fácil llevar una escuelita para más de 140 chicos sin tener los recursos y un lugar que sea propio", comentó el Ñoño, como lo conocen en el Valle Grande.

Chicos del Barrio Villa Grande de Rawson recibiendo la merienda del "merendero móvil" que Zárate lleva adelante con amigos y familiares.

Y agregó: "A la vez, con un grupo de hermosas personas llevamos adelante un merendero móvil en el barrio. Son siete merenderos que funcionan en diferentes lugares, a lo que sumamos una olla popular los días viernes. Y es algo que hacemos para todos, si un niño va y nos dice que en su casa son 10, pues entonces le damos diez porciones". 

Javier cuenta que su vida en silla de ruedas no es sencilla, y que por su condición, integra lo que se conoce como "grupo de riesgo" frente a la pandemia del coronavirus. "Se que corro riesgo al estar en contacto con tantos chicos y padres, pero Dios me cuida y me ayuda", dice Zárate con una gran convicción.

El grupo solidario de la Agrupación Civil "Gotas de Esperanza" realiza ollas populares los días viernes para colaborar con los que más lo necesitan.

La apuesta del Ñoño para este año es tratar de que el terreno donde funciona la escuelita de fútbol les sea cedido por el IPV para poder realizar mejoras, poder incorporar una cancha de 11, e instalaciones que le permitan a los chicos acceder de forma segura al entrenamiento y los torneos. 

"Siempre ando pidiendo que nos den una mano, todo lo que tenemos y lo que conseguimos es a pulmón, por donaciones, por ayudas de Deporte, por el mismo aporte de los padres de los chicos. Ahora estamos haciendo una rifa de huevos de pascua para poder comprarle medias de fútbol a los chicos", contó Javier.

Javier con uno de los grupos de mujeres que colabora realizando las "ollas populares".

Y concluyó: "En el terreno que ocupamos dentro del barrio creo que alguna vez se previó una plazoleta o algo así, pero está vacío, pelado, pero no podemos colocar arcos ni pasto ni nada porque es del IPV. Lo que pedimos es que nos lo cedan para poder mejorarlo para los chicos, el deporte barrial es muy importante para ellos". 

El "Ñoño" Zárate junto a chicos de la escuela de fútbol recibiendo donaciones que les permite seguir desarrollando actividades deportivas.

Cualquier interesado en colaborar con la Escuela de Fútbol y el merendero se pueden contactar con el siguiente teléfono de la Asociación Civil Gotitas de Esperanza: 2645699160