Llegó la Pascua y el final de la Semana Santa no se vive igual que todos los años. Las iglesias no están llenas de fieles, las plazas no fueron testigos de los tradicionales Vía Crucis, y las celebraciones religiosas sólo se pueden seguir a través de la televisión. En este contexto, DIARIO DE CUYO habló con sacerdotes de la provincia para que a través de este medio dieran su mensaje pascual (ver aparte) para la comunidad sanjuanina, que vive inmersa en la crisis sanitaria que afecta a la humanidad. Los religiosos coincidieron que esta Pascua debe marcar el inicio de una nueva vida, en la que se debe revalorizar lo cotidiano, lo que cada persona tiene y no lo que necesita y que la resurrección de Jesús debe significar el nacimiento de una nueva alegría para el mundo entero.

Con más sobriedad que la de costumbre, la Pascua se vive hoy de una manera diferente. Según los sacerdotes de la provincia, llega para que se valore más el significado religioso de esta celebración y se deje de lado lo banal. Quizás los comercios vendieron menos huevos de Pascua que años anteriores y los viajes de fin de semana largo quedaron en intenciones para muchas personas. "Queridos amigos, esta pandemia nos tiene que ayudar a valorizar y decir qué rico que soy. Cuánto Dios me ama. Cuánto Dios quiere que nosotros seamos felices. Nos está regalando estos momentos -la vida en familia- para revalorizar, para poner en orden el corazón", dijo el padre Daniel Sebastian. Otros religiosos agregaron que la sociedad en general debe tratar de obtener el mejor aprendizaje de esta pandemia para mejorar su vida y para no vivir inmersos en la depresión.

La Iglesia en el mundo entero se reinventó y esta Pascua "será inolvidable", dijo el padre José María Solar. Al igual que él otros religiosos resaltaron que este año los fieles estuvieron más cerca que nunca a pesar de no estar en los templos. Aplaudieron que muchos siguieron las celebraciones a través de los medios de comunicación, siendo que quizás en épocas normales no asisten a las capillas o parroquias. "Este año tan particular hemos podido celebrar con la comunidad dispersa en cada casa, cada familia. Muchos se unieron a rezar por medios digitales y otras vías de comunicación. Los grupos de jóvenes se organizaron en numerosas experiencias de oración. Nos falta, es cierto, la dimensión de fiesta popular en varias de sus expresiones, que ya se dará en algún momento. No es tiempo de lamentar las cosas que no podemos", dijo el arzobispo Jorge Lozano, quien encabezó la misa de Ramos, el Vía Crucis y lo hará con la celebración de hoy, casi en soledad absoluta. Esto, de la misma manera que lo hizo en el Vaticano el Papa Francisco, quien ante una plaza San Pedro vacía (foto) dijo que está cerca "del pueblo de Dios, de los más sufrientes, especialmente de las víctimas de esta pandemia, del dolor del mundo". Además, subrayó que pone su mirada en "la esperanza, porque la esperanza no defrauda. No quita el dolor, pero no decepciona", así como tampoco decepcionó Jesús.


Arzobispo Jorge Lozano

"Cristo está vivo y nos colma de vida"


"La palabra Pascua significa tránsito o paso. Es el paso de la muerte a la vida realizado por Jesús, pero ofrecida también a todos. Para apropiarnos de la Pascua y lograr que sea una experiencia personal y vital es necesario dar lugar a que algo nuevo pueda suceder. No se trata de buscar más de lo mismo, o lo ya conocido que no nos satisface en plenitud. Estamos llamados e invitados a resucitar con Cristo. Vos, yo, tu familia, tus amigos. El camino para lograrlo es dar cabida en nuestro corazón a la mirada de la fe y al amor. Estrechar lazos con los pobres, los enfermos, los excluidos.

Una certeza se muestra con insistencia en las Lecturas Bíblicas. Gracias a la Pascua, por el Bautismo, somos hechos de verdad y simultáneamente, hijos de Dios y hermanos de todos. Por eso uno de los signos fuertes de esta Fiesta es el agua bendita con la cual nos hacemos la señal de la cruz para renovar la alegría de pertenecer a la familia de la Iglesia.

Este año tan particular hemos podido celebrar con la comunidad dispersa en cada casa, cada familia. Muchos se unieron a rezar por medios digitales y otras vías de comunicación. Los grupos de jóvenes se organizaron en numerosas experiencias de oración. Se reforzó la atención a los pobres en comedores, merenderos, distribución de alimentos. Nos falta, es cierto, la dimensión de fiesta popular en varias de sus expresiones, que ya se dará en algún momento.

No es tiempo de lamentar las cosas que no podemos, sino valorar la entrega de tantos hombres y mujeres que nos ofrecen espacios de solidaridad en el ámbito de la salud, las fuerzas de seguridad, los voluntarios en comedores y merenderos. ¡Cristo está vivo! Por eso decimos Feliz. Pascua"

Padre Marcelo Alcayaga

"Hoy Cristo asume más que nunca la pasión"


"Hoy Cristo sigue padeciendo y muriendo en cada ser humano que sufre y muere a causa del coronavirus. Hoy Cristo asume más que nunca la pasión y muerte de la humanidad enferma. Tenemos un Dios que se compadece de nosotros, que sufre con nosotros y sufre en nosotros.

Jesús, que en medio de la angustia y el temor, confiemos en ti. Creamos en ti y nos entreguemos en tus manos. Sana y bendice a la humanidad enferma. Consuela y fortalece a las personas que están padeciendo la enfermedad y la muerte. Y llénanos con el consuelo de la resurrección gloriosa".

Obispo Carlos María Domínguez

¡Ha resucitado Cristo, mi esperanza!"


"Celebrar la Pascua en nuestras vidas y en nuestras comunidades es querer hacer Pascua. Pasar (eso es Pascua) de lo viejo a lo nuevo; de lo caduco a la novedad de la vida que nos trae Jesús Resucitado. Para eso nos hemos preparado en este tiempo de Cuaresma que llegó a su fin, y para poder prolongar ahora y en cada momento de nuestras vidas la invitación a la alegría de la victoria definitiva de Cristo sobre el pecado y la muerte.

Esta alegría pascual es el mejor testimonio de autenticidad de nuestra vida cristiana. Y no se trata de ser individualmente alegres. Se trata, sobre todo, de formar comunidades pascuales que irradien y vivan cotidianamente la alegría. Hoy nos hace falta recuperar la alegría de la Pascua. Porque el Misterio Pascual debe convertirse, para nosotros en fuente inagotable de verdadera alegría. Es vivir la inquebrantable certeza de la cercanía y presencia del Señor Resucitado. Querer vivir esta alegría no es ignorar el dolor, el sufrimiento y la muerte. Es descubrir el sentido de la cruz desde la fecundidad del Misterio Pascual. La alegría pascual no se trata de una alegría superficial y pasajera, sino de una honda alegría que sólo nace de la cruz y que es fruto del amor. La Pascua nos pone ante la inevitable y gozosa experiencia de lo nuevo. La presencia de Cristo Resucitado, el Hombre Nuevo, es fuente de invitación a renovarnos profundamente en Él por el Espíritu. Esta invitación pascual a renovarnos en nuestra interioridad personal y en nuestras comunidades es una providencial llamada a no dejarnos vencer por la tristeza y el desaliento. Y no es que queramos evadirnos del momento que nos toca vivir bajo el pretexto de que son tiempos difíciles y que corremos el peligro de sucumbir bajo un clima de desesperanza. Cada uno debe redescubrir la responsabilidad, el dolor y la alegría de este momento; las exigencias radicalmente renovadoras de la novedad pascual. Y lo primero que exige la novedad pascual es la conversión. Es también el mejor camino para la esperanza. Queridos hermanos: quisiera gritarle a la vida de cada uno de ustedes aquella expresión de la Secuencia del día de Pascua: ¡Ha resucitado Cristo, mi esperanza! Una esperanza que es seguridad; que es comunión y compromiso".

Padre Rómulo Cámpora

Título:"Es tiempo de reencontrarnos"

"Querida comunidad, con profundo gozo, en esta Pascua del Señor deseo que todo San Juan, a la luz de la fe, recupere la paz y la alegría. Espero que confiemos en la misericordia de Dios que nunca nos abandona. Es un tiempo para estar en familia. Es tiempo de reencontrarnos, de agradecer y pedir a Dios sabiduría y fortaleza para comenzar un camino nuevo en el amor, la solidaridad, la paz.

Ahora, es momento de deponer toda actitud que nos lleve a desentendernos de lo que otros necesitan o viven. No perdamos la esperanza porque el Señor siempre nos acompaña. La fe en Cristo resucitado y en su santísima madre harán que podamos volver a nuestras actividades con el espíritu de alegría que siempre caracteriza a los sanjuaninos y un espíritu solidario renovado.

Esta realidad -por la Pandemia- nos va a mover el corazón y creo que Dios va hacer su bendición permanente. No debemos dudar nunca de nuestra presencia. Que esto nos sirva a los sanjuaninos para recuperar la fe, el amor a Cristo, a la Virgen. Que nos sirva para defender la vida desde el niño que viene en camino en el vientre materno hasta la del anciano que tiene el derecho de vivir todo lo que Dios le permita. Bendiciones. Felices Pascuas, que el Señor les bendiga. Arriba San Juan".

Padre Rómulo Cámpora

"Es tiempo de reencontrarnos"

"Querida comunidad, con profundo gozo, en esta Pascua del Señor deseo que todo San Juan, a la luz de la fe, recupere la paz y la alegría. Espero que confiemos en la misericordia de Dios que nunca nos abandona. Es un tiempo para estar en familia. Es tiempo de reencontrarnos, de agradecer y pedir a Dios sabiduría y fortaleza para comenzar un camino nuevo en el amor, la solidaridad, la paz.

Ahora, es momento de deponer toda actitud que nos lleve a desentendernos de lo que otros necesitan o viven. No perdamos la esperanza porque el Señor siempre nos acompaña. La fe en Cristo resucitado y en su santísima madre harán que podamos volver a nuestras actividades con el espíritu de alegría que siempre caracteriza a los sanjuaninos y un espíritu solidario renovado.

Esta realidad -por la Pandemia- nos va a mover el corazón y creo que Dios va hacer su bendición permanente. No debemos dudar nunca de nuestra presencia. Que esto nos sirva a los sanjuaninos para recuperar la fe, el amor a Cristo, a la Virgen. Que nos sirva para defender la vida desde el niño que viene en camino en el vientre materno hasta la del anciano que tiene el derecho de vivir todo lo que Dios le permita. Bendiciones. Felices Pascuas, que el Señor les bendiga. Arriba San Juan".

Padre Jonathan Félix

"Jesús está de nuestro lado"


"Estamos finalizando una Semana Santa que la vivimos de una manera diferente. Fueron muchos días particulares pero de profunda oración en familia. La Iglesia está viva en casa y Jesús presente en cada uno de los hogares de San Juan y el mundo.

En este tiempo siempre es bueno recordar el salmo 22 "El Señor es mi Pastor" que dice que aunque pasemos por oscuras quebradas, como puede ser la situación de esta pandemia, no debemos temer porque el Señor está a nuestro lado. Jesús está presente entre nosotros, nos acompaña, nos sostiene, nos cuida y nunca nos deja solos. Este es el mensaje de la Pascua "Cristo vive" y esto nos llena de alegría y de esperanza.

Esta cuarentena despertó en nosotros, los sacerdotes, la creatividad para estar cerca de nuestras comunidades, de nuestros fieles. Todos de una u otra manera por distintos medios pudimos estar cerca de nuestro pueblo. Fue un gran desafío, pero también muy reconfortante recibir mensajes alentadores por parte de la gente.

El gran anuncio pascual es que Cristo resucitó. Que este Señor resucitado siga reinando en nuestras familias y nos sostenga en este tiempo de tribulación. No estamos solos. Él siempre está a nuestro lado. Felices Pascuas".

 Víctor Hugo Gallardo

"Nuestra vida depende de Dios"


"Compartimos la celebración de la Pascua y en realidad lo que estamos celebrando es la victoria de la vida. Jesús le dijo a los apóstoles que estén unidos para que tengan vida y la tengan en abundancia. La vida ha triunfado sobre el mal, el odio y sobre la muerte. Esto es lo que estamos celebrando en esta Pascua.

Justamente lo estamos celebrando en medio de este contexto donde la muerte entra como con facilidad, silenciosamente, calladamente, como a escondidas en la vida de las personas. Con fuerza, con pavor.

Estuvimos viendo las muertes en Italia, en España y en tantos otros lugares del mundo. Ahora también lentamente, a cuentagotas, lo estamos viviendo entre nosotros en Argentina.

Qué bueno que esto nos ayude a pensar que nuestra vida es precaria. Nuestra vida verdaderamente depende de Dios, pero no de manera sentimental, emocional o psicológica. Es verdad. Lo confirmo desde mi fe.

Qué bueno, que cuando pase todo esto empecemos a valorar los otros ámbitos de la sociedad donde a veces también se siembra muerte. Donde se siembra dolor y tristeza. Yo le pido a Dios que nos ayude a que después de que pase esta pandemia sigamos trabajando todos juntos, en favor de la vida".

Padre Andrés Riveros

"Vino a sanar nuestro corazón"


"Decía alguien que la muerte es la enfermedad mortal que se contrae al nacer. En estos días, donde nos vemos acechados por esta realidad penúltima del hombre, por causa de esta pandemia, encontramos en Cristo muerto y resucitado por nosotros la única respuesta para no vivir el sinsentido y caer en la desesperación. En medio de la vorágine de la vida, del sinfín de cosas y ocupaciones que llenaban nuestro día, en la frenética carrera por tener y por poder a la que nos impulsaba el mundo, esta pandemia vino a sanar nuestro corazón. A poder replantearnos nuestra escala de valores, a redescubrir y extrañar nuestras querencias, a resignificar lo que la cotidianeidad había arrutinado, a darle a Dios el lugar de Dios y al otro el lugar de prójimo. Que esta Pascua de Cristo, vivida de una manera tan especial e inédita, llene de luz y esperanza todo el dolor, el desconcierto y el miedo que nos acecha. Que el poder de Cristo Resucitado nos libre y nos proteja de esta enfermedad y de tantos males que nos aquejan. Pero, por sobre todo, que la bendición pascual más grande que podamos recibir este año sea el aprender y transformar nuestra vida, haciendo que del mal de la pandemia y de lo duro de esta cuarentena, surja una humanidad nueva que viva de cara a Dios y a sus hermanos. Felices Pascuas".

Padre José Fuentes

"Amanece un nuevo día con Cristo"


"Deseo estar cerca del corazón de cada familia de la comunidad y fieles devotos del Cura Brochero y desearles Felices Pascuas de Resurrección. Este año hemos vivido intensamente días de oración, recogimiento, rodeados del amor de Dios, de la familia, dilatando el corazón para que el Dios providente derrame la abundancia de su amor y misericordia.

Amanece un nuevo día con Cristo. No está muerto sino que vive y nos quiere vivos. A pesar del silencio en el mundo se escuchó el gozoso anuncio Pascual. Los animo a seguir manteniendo viva la fe y la confianza en el señor que nos dice no teman yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo. Los abrazo con el corazón. Felices Pascuas de Resurrección".

Padre Daniel Sebastian

"No te asustes, no te desanimes"


"Estos meses fueron duros para todos nosotros. Desde tiempo atrás vengo estudiando el tema. Esto de tener el mundo globalizado te hace conocer la situación con antelación. Obviamente una cosa es leer, estudiar, dialogar con profesionales especializados y otras cosa es vivirla. Cuento que a mí me ayudó a revalorizar el don maravilloso de la vida. No desde lo que nos faltaría o no tenemos, sino desde lo que ya poseemos. En mi caso con mi salud, diabético, tengo la gracia de poder tener el medicamento y de cuidarme. Estos días de cuarentena me ayudaron a valorar la vida del otro. Todo esto me ayudó a preguntarme firmemente sobre esa expresión que Jesús nos hace a todos: donde está tu tesoro está tu corazón.

En segundo lugar debemos dar gracias por la familia que tenemos. Tal vez, con esta vida loca que llevamos de tantos trabajos y problemas dejamos de lado cosas preciosas como desayunar tranquilos o tomar un mate. Los primeros días la pasamos ordenando la casa, arreglando aquellas cosas que nunca tenemos tiempo de hacer, pero nos sorprendió porque el tiempo de cuarentena es más y llegó el momento de tener que hablar. El momento del encuentro. Esa es otra cosa que debemos darle gracias a Dios.

Es verdad que hay muchas informaciones que nos alientan y por ahí nos desalientan. Es verdad que en estos días la presencia de Dios se hace más visible, siempre lo estuvo pero se hace más visible. Hoy se manifiesta nuestra necesidad de querer ir al templo, de querer participar de la misa, qué importante es la presencia de Dios en nuestra vida.

El mal nunca nunca está sobre el bien. No te olvides de eso. Por favor, Dios no está castigando, no tiene tiempo para castigarnos. Tal vez, como papá nos ha soltado un poco las manos para que recapacitemos del profundo egoísmo y maldad que tenemos. No puede ser que el mundo se está regenerando porque estamos encerrados. Es claro y evidente que la dureza del corazón es la que nos lleva a circunstancias como estas.

Dios nos está regalando estos momentos para revalorizar, para ordenar el corazón. Acá no hay que buscar culpables. Debemos hacernos responsables de lo que hacemos y lo que dejamos de hacer. No tengas miedo. Esta Pascua tiene un mensaje: yo soy la vida. Lo que quiere Dios para toda la humanidad es que recobra la vida. No sólo por la presencia del virus sino por la presencia de tantos otros virus que nos fueron separando, matando, destruyendo.

Queridos amigos esta pandemia nos tiene que ayudar a valorizar y decir qué rico que soy, cuánto Dios me ama, Cuánto Dios quiere que nosotros seamos felices. Aprovechá de los medios tecnológicos para que podamos estar en contacto y en comunión en la oración y en la celebración de esta Pascua. Esta Pascua Jesús quiso celebrarla a su manera, no a la nuestra. No tantos huevos o viajes de fin de semana, sino encontrándonos en lo profundo de nuestro corazón. No te asustes, no te desanimes, que Dios como padre siempre está con nosotros. A cambiar, que este sea el mensaje para nuestros hijos y nuestros jóvenes. El secreto es cambiar el corazón y con la gracia de Dios se puede hacer. Él resucita para darnos vida eterna".

Padre Rodrigo Robles

"La Pascua es la salida"


"Salir cuando no se puede salir, creo que es la acción más deseada en estos días. En medio de esta situación de cuarentena queremos salir del encierro, del aislamiento y quizás de la situación de aburrimiento por tener que quedarnos sin poder realizar nuestros hábitos ordinarios de la vida. Desde la fe vemos con dolor nuestros templos cerrados y la imposibilidad de reunirnos para compartir las celebraciones y los sacramentos. En medio de esta situación, es el gran momento para salir, un nuevo modo para salir. ¿Recuerdan que el Papa Francisco hace algunos años nos invitaba a salir, a dejar la comodidad y a animarnos a nuevos horizontes? Quizás a esto se nos invitaba: a dejar la comodidad de los templos y salir en las casas, hacia las familias, al interior de nosotros mismos para vivir la fe y testimoniar estas actitudes cristianas.

No es casual que esta pandemia se haya dado en tiempos de cuaresma y Semana Santa. Hay un misterio de Dios que nos va a invitar a responder con esperanza en este tiempo. Jesús también sale. Sale de la tumba del sepulcro. Deja la oscuridad para proponernos la luz y la vida. Salir de la muerte para entrar en la resurrección. La Pascua es la salida, en este tiempo de esperanza, aún en medio de la dificultad. Quien tiene fe se anima a salir cuando no se puede salir, porque descubre que en medio del aislamiento social preventivo y obligatorio se sale de un modo nuevo. Como Jesús que en la realidad de su muerte se adentra a la vida. Que nosotros también, en esta realidad de encierro descubramos un nuevo modo de salir. Feliz Resurrección de Jesús".

Padre José María Solar

"Dios quiso estar cerca"


"Estamos llamados todos a disfrutar de esta fiesta. Somos conscientes que estamos en esta cuarentena, que nos tiene encerrados y tomando precauciones. Pero, fíjense que vivimos una Pascua inolvidable. No nos vamos a olvidar de este momento. Invito a mis hermanos a ponerse las pilas. Debemos pasar esta Pascua de una manera especial. Con nuestra familia o quizás con una sola persona.

Este tiempo nos propone un Jesús más cercano a nuestra vida. Un Jesús que está cerca del que trabaja, del que no tiene qué comer. Un Jesús que recorre los barrios, que está presto para estar cerca de aquellas que están cuidándonos. Y no sólo debemos recalcar el plano de la salud, que es muy fundamental, sino también el de la seguridad y el de las personas que nos dan los medios para tener lo que necesitamos.

Este Dios quiso estar cerca de nosotros. Este Dios nos propone este tiempo de reflexión de pensar que nuestras cosas seguras se volvieron inseguras. Esta pandemia nos propone estar lejos, pero más unidos que nunca. No hay procesiones, pero sí sabemos que en muchos hogares se reza el rosario. No hubo largas filas de confesión, pero vemos en mucha gente el arrepentimiento. Tampoco tuvimos en nuestras aulas llenas de la catequesis de niños y jóvenes, pero sí tuvimos papás que enseñan la catequesis y se pusieron a compartir con sus hijos. Pude ver a mis hermanos sacerdotes más libres que nunca, más unidos que nunca, más creativos que nunca para llegar a la comunidad. Vimos esta fuerza que sale de nuestro corazón. Que tengamos una feliz Pascua".

Padre José Cardozo

"Pascua con esperanza"


"Llevamos varias semanas refugiados en nuestros hogares, con varias limitaciones: las muestras de afecto o la movilidad, el encuentro con amigos o la posibilidad de celebrar la fe donde habitualmente lo hacíamos. De pronto con la llegada de la cuarentena tuvimos que modificar el suceder del día, los horarios, espacios de trabajo y de encuentro fraterno, los medios de comunicación y las formas de celebrar la fe. Todo esto nos conducía hacia la Pascua de forma distinta, inesperada, más desértica.

Las noticias, las publicaciones en redes sociales, las nuevas aplicaciones, nos expresaban que algo silenciosamente estaba empezando a crecer: la esperanza. Sí, la conciencia de futuro no estaba dormida.

Poco a poco se fue revelando en gestos y palabras concretas. Muchos jóvenes que vienen haciendo camino en la fe empezaron a generar espacios virtuales, con una creatividad que fue contagiando y sumando a muchos más. La Pascua se empezó a celebrar desde el entusiasmo de tantos que proyectaban encuentros virtuales, espacios de oración e intercesión, misiones y peregrinaciones digitales, transmisiones en vivo, conciertos musicales, subsidios oracionales de fácil descarga, donde el objetivo era alentar la esperanza en el corazón de todos y en donde nadie quedaba excluido.

Se pudo avanzar un poco más y la Pascua se materializó en solidaridad, así como Jesús con su muerte y resurrección, se hizo solidario con el hombre, muchos jóvenes se hicieron solidarios con sus hermanos: la revolución de los barbijos y cofias confeccionados en casas de familia, las máscaras protectoras en 3D y la facilitación de materiales para los mismos, el ayudar con las compras a los ancianos, la donación de tiempo para servir en un comedor.

La Pascua en tiempo de coronavirus nos invita a mirar a estos grandes testigos de esperanza, a estos héroes que salen a la luz siendo antorchas de esperanza. Hay una gran certeza: el que nos llena con su gracia, el que nos libera, el que nos transforma, el que nos sana y nos consuela es alguien que vive. Es Cristo resucitado ¡Mi esperanza! (Cf. CV 124)".

José Juan García

"La fe se acrecentó"


"Esta experiencia global nos aumenta la conciencia de la fragilidad que tenemos, de nuestros sentidos de límites. Un virus tiene en vilo a la humanidad, pero al mismo tiempo saca cosas lindas de las personas. De pronto observamos mucha solidaridad. Esta experiencia hizo brotar en los corazones el deseo de la solidaridad. Pero esa solidaridad debe constituirse también en el hecho de guardar la cuarentena. Debemos hacer el esfuerzo de mantener la distancia social.

Otra cosa positiva, es que los vínculos se mantienen y la fe en Dios se acrecentó. Las familias se convirtieron en Iglesias domésticas. Las celebraciones no son en los templos, pero están en cada casa, en cada familia y en la televisión. La fe mueve montañas si la gente participa con fervor. Si todos somos unánimes al decirle a Dios padre consúmanos esta pandemia y sigue siendo providente. Por tanto, a no bajar los brazos, a no decaernos, a no estar todo el tiempo dándole rienda suelta al virus del desánimo, de la depresión, de la angustia. Esto en algún momento va a parar y debemos hacer el esfuerzo para salir bien, y es una tarea de todos. Y esto, no hay que tomarlo como una metáfora, es una tarea de todos y de cada uno.

La Virgen Nuestra Señora de Tulum, patrona de nuestro Valle, es la patrona de los terremotos geológicos y existenciales. Hoy tenemos un terremoto existencia, le pedimos a ella también que proteja y cubra a todos los habitantes de San Juan, incluso a los que dudan hoy de su fe.

El Papa Francisco dijo que en estas semanas de pandemia podemos hacernos preguntas sobre Dios. ¿Qué hace Dios con nuestro dolor? ¿Dónde está cuando todo se tuerce? Y acá nos sirve de ayuda el relato de la pasión de Cristo, cuando él mismo dice: Padre por qué me has abandonado. Tenemos que darnos cuenta que la presencia de Dios es real, pero invisible. Dios está en las manos de los médicos, de los químicos que ensayan vacunas. Dios actúa en tantos camilleros, enfermeros y policías que ponen lo mejor de sí. El poeta García Lorca decía que vivir sin esperanza es tener la vida terminada, muerta. Por tanto, la esperanza nos sostiene, es la pasión por lo posible".