Ni la recolección masiva que se hizo el invierno pasado (y que fue motivo de un concurso escolar), ni la colocación de insecticidas en los frutales, sirvieron para terminar con la plaga de bichos canasto (foto) que desde el año pasado preocupa a los jachalleros. Este año, además de afectar a Huaco, la primera localidad donde se los vio ya a fines de 2009 y durante 2010, su presencia se extendió a Pampa del Chañar y Pampa Vieja, dos lugares donde los frutales y los árboles ornamentales ya están mostrando los daños que causaron. "Seca todo lo que toca", sintetizó Cristian Romero, encargado del área Producción de la Municipalidad de Jáchal, para graficar el efecto dañino que el insecto tiene sobre las plantas. Es que el bicho canasto, cuya hembra se resguarda en invierno dentro de un habitáculo fabricado con hojas y tallos, es un voraz consumidor de frutos, follaje y cortezas de árboles y arbustos, a los que provoca un daño prácticamente irreversible.

"El año pasado afectó sobre todo a Huaco, donde hubo muchos frutales dañados, más que nada en los membrillos. También se vio mucho daño en las alamedas de la zona y en otras especies de árboles. Pero este año, la plaga se extendió y está afectando a plantaciones en Pampa del Chañar y Pampa Vieja, donde ya se están viendo los efectos en las plantas", refirió Romero. La casi inexistencia de los llamados enemigos naturales del bicho canasto, como por ejemplo las lechiguanas, hizo que el crecimiento de estos insectos ya tenga características de plaga. "Para colmo -dijo el funcionario municipal- se propaga muy fácilmente porque el viento traslada de un lado a otro las larvitas recién nacidas, o sea que puede aparecer en cualquier parte, incluso en otros departamentos. Por eso, hay que detenerlo ahora".

La colocación de insecticidas de baja toxicidad, medida que se adoptó desde el año pasado, no dio los resultados esperados. Hasta ahora, la única conducta efectiva ha sido la recolección de los bichos que permanecen entre el follaje de los árboles, para evitar que se sigan propagando. "Para eso, necesitamos la colaboración de toda la comunidad. El bicho se multiplica rápidamente porque la hembra pone una gran cantidad de huevos: entre 1.000 y 1.200 por vez. Como se queda dentro del canasto, está protegida y los insecticidas casi no le hacen nada. Por eso, las acciones que se emprendan tienen que ser en conjunto", dijo Romero. La semana pasada, debido al corte de la ruta a Jáchal, se postergó para más adelante una reunión informativa que iba a realizarse junto con técnicos de INTA y de Sanidad Vegetal de la provincia, para charlar con los productores sobre las medidas a tomar y el rol que cada uno debía cumplir.

"Hemos detectado -explicó el encargado de Producción del municipio- que el foco de estos insectos estaría localizado en una quebrada, a la que no se pudo llegar con los insecticidas. Estaría sobre un brazo del río Huaco, en plena quebrada del mismo nombre. Para poder atacarlo en ese sector, se está analizando la aplicación aérea de un insecticida que pueda controlar la plaga antes que se siga expandiendo y provocando daños irreparables".