En familia y con amigos, caminaron junto a la Virgen para agradecer por la salud
Ayer se realizó la tradicional peregrinación en la madrugada. Hubo más de 3.000 personas reunidas por el ritual.
Ayer se realizó la tradicional peregrinación en la madrugada. Hubo más de 3.000 personas reunidas por el ritual.
Martín, Lautaro, Juan Santiago y Romina Rodríguez son hermanos y ayer no quisieron perderse la peregrinación de la Inmaculada Concepción, en Capital. Marcelo Gómez, su esposa Liliana Molina y sus hijos Francisco, Tomás y Facundo, más un grupo de amigos, también llegaron en plena madrugada y fueron de los primeros en sumarse a la caminata junto a la Virgen. Al igual que ellos, más de 3.000 sanjuaninos participaron ayer de la procesión, en la que los fieles agradecieron a la Virgen por la salud y pidieron que nunca más el mundo viva una situación de pandemia, como la que pasó pero está creando alarma de nuevo.
Minutos antes de las 5, la puerta del colegio Santa Rosa, lugar desde donde partió la procesión, mostraba una postal totalmente diferente a la de otros 8 de diciembre. En las veredas casi no había fieles, mientras que el silencio de la madrugada era lo único que se escuchaba. Sin embargo, en cuestión de segundos, cuando la imagen de la Virgen llegó a la esquina de General Acha y San Luis, los feligreses aparecieron como si hubieran estado escondidos todos juntos.
Con puntualidad, la procesión en honor a la Inmaculada Concepción arrancó a las 5 desde la puerta del colegio y, como parte de la tradición de cada 8 de diciembre, el calor se hizo sentir. A diferencia de otros años, no hubo lluvia ni un fuerte viento, pero la temperatura hizo que muchos de las peregrinos caminaran con botellas con agua en sus manos, para hidratarse.
La cantidad de fieles hizo que más de 3 cuadras estuvieran llenas y que tanto la calle como las veredas no tuvieran espacios en blanco.
Con amigos "de toda la vida" y con la familia, los fieles acompañaron a María. Con pañuelos blancos y amarillos, banderitas de papel y hasta flores de todos los colores, los feligreses mostraron su amor por la Virgen, que peregrinó en un carruaje decorado con cientos de flores.
Durante la procesión, se rezó el rosario y en cada misterio hubo distintos pedidos. Casi todos relacionados a la crianza de los jóvenes y a la familia. "Es un año muy especial para San Juan y los jóvenes estuvieron en el centro de la escena. Esta vez vine acompañada de mis sobrinas de 15 y 18 años y lo hicimos para agradecer que estamos sanas, que no tenemos grandes problemas y que estamos unidas", dijo Florencia Soto, una devota, mientras que Rita Torres comentó que ella llegó, como todos los años, acompañada de su amiga Luisa Cáceres.
La caminata duró un poco más de una hora y finalizó en el atrio de la iglesia de Concepción. Ahí, el obispo Auxiliar Gustavo Larrazábal encabezó la misa que hizo que muchos fieles hasta lloraran de la emoción.
Delia Ontiveros y su amiga Adela Herrera hace más de 10 años que participan de la procesión. "Somos como hermanas y siempre venimos para agradecer que llevamos una vida sanas", dijo Delia.
Nancy y Susana Pizarro y Cecilia y José Pérez son familiares. Hicieron más de 100 banderitas para regalar. "Es como una ofrenda para dar las gracias porque estamos bien de salud", dijo Nancy.
"Hoy caminamos acompañadas por la imagen de la Inmaculada Madre del Divino Corazón de Jesús, que la compré para que proteja a mi hijo", dijo Amalia Correa, que llegó con su amiga Mabel Luna.
Noelia Guardia y Anabel Albornoz son maestras del Colegio Santa Rosa. Colgaron gallardetes y un cartel para saludar a la Virgen y para agradecerle haber superado algunos problemas de salud.