El Papa Benedicto XVI recibió a la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que preside el cardenal Jorge Bergoglio, en medio de un clima de tensión interna por "diferencias" entre los obispos a raíz de la aprobación del matrimonio igualitario. Según la oficina de prensa del episcopado, el primado transmitió al Pontífice que existe un "clima de fraternidad y comunión" entre los prelados argentinos, pese a los trascendidos en contrario.

"Se le comunicó al Santo Padre que este viaje permitió expresarle el clima de fraternidad y comunión de la Iglesia en Argentina y confirmar el vínculo filial con él y la Santa Sede", subrayó en un comunicado difundido ayer. La audiencia duró media hora y sirvió, se explicó oficialmente, para abordar "temas pastorales e institucionales vinculados a la vida de la Iglesia en Argentina", entre otras cuestiones.

Para reunirse con el Papa, Bergoglio realizó este viaje fuera de agenda al Vaticano, acompañado por el vicepresidente primero de la CEA, monseñor Luis Héctor Villalba (arzobispo de Tucumán); el vicepresidente segundo, monseñor José María Arancedo, (arzobispo de Santa Fe); y el secretario general del cuerpo, monseñor Enrique Eguia Seguí (obispo auxiliar de Buenos Aires), indicó la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).

Fuentes vaticanas confirmaron a DyN que esta audiencias del Papa "sólo se dan cuando hay crisis en las Iglesia locales". Idea que ratificó el cardenal argentino Leonardo Sandri, funcionario de la Santa Sede, al manifestar "cercanía" a los obispos connacionales en tiempos que definió como "difíciles".

Según fuentes eclesiásticas, este viaje tiene como objetivo calmar el malestar por las "desavenencias\\\' eclesiásticas frente al debate por el matrimonio homosexual. Aquel debate reveló discrepancias entre el cardenal Bergoglio, más dispuesto a posturas moderadas como aceptar las uniones civiles como "mal menor", y el conservador arzobispo Héctor Aguer (La Plata), quien aun después del fracaso siguió defendiendo la táctica de discursos duros y manifestaciones callejeras contra esta ley.

Para el Vaticano, el matrimonio igualitario ha significado un duro golpe, porque Argentina es el décimo país católico del mundo y en la Santa Sede temen que se propague la ola laicista a otros países de América, donde reside el 45% de los católicos del mundo.

Es por esto que el secretario de Estado vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, que lleva operativamente el caso argentino, no quiere que se añadan otros ataques a los "grandes valores" que no son negociables: Aborto, fecundación asistida, formas de eutanasia, liberalización total de los anticonceptivos, educación sexual en las escuelas públicas.

Además, la CEA debe votar en noviembre a un nuevo presidente, ya que Bergoglio no puede ser reelecto. Pero también, en diciembre Bergoglio cumplirá 75 años, por lo que el arzobispo de Buenos Aires debe renunciar a su cargo, según el derecho canónico. El reemplazante será elegido por el Papa.

Por esta razón se cree que en la medida en que el proceso de relativismo -que el Papa detesta- siga adelante, crecerán los problemas con Roma de la corriente de centro y se reforzarán los conservadores detrás de Héctor Aguer. Ya que en Roma no faltan los que quieren que el arzobispo de La Plata sea el futuro cardenal de Buenos Aires.