Sangre joven, con nuevas ideas pero con un proyecto que hace soñar a todo un vecindario: hacer revivir la Unión Vecinal de la Villa San Patricio. En plena pandemia por coronavirus, donde el mundo entero está paralizado y la crisis se hace sentir en todos los sectores, un grupo de amigos, vecinos de toda la vida de esa barriada chimbera, puso manos a la obra y ya lograron bastante en cuanto a la infraestructura de la sede.

Este grupo de amigos de la villa ya intentó unirse a la Comisión Directiva hace unos 7 años pero sin éxito. Después, la Unión Vecinal quedó acéfala y fue motivo para que este grupo iniciara los trámites en Personería Jurídica. Apenas unos días antes que comenzara la cuarentena les otorgaron el Triunvirato Normalizador que está en manos de dos nombres conocidos de la villa y del fútbol de la provincia: Eduardo "Cachilo" Magallanes y Alejandro "Toto" Brizuela junto a Heber Sarruff. "Este lugar servía para juntaderas por las noches, así que el primer paso fue ponerlo en funcionamiento", comentó Alejandro Brizuela.

Revivir las costumbres de esa barriada fue el sueño que impulsó a los tres. Es que ese lugar fue sitio de tradicionales bailes, se realizaban kermeses e incluso la fiesta de San Patricio que reunía a toda la villa décadas anteriores. "Queremos que nuestros hijos vivan lo que nosotros vivimos de chicos", comentó Brizuela, exjugador de Peñarol.

El primer paso fue intentar sanear las deudas y hacer nueva instalación eléctrica. Ese salón, de unos 14 metros de largo por 5 de ancho, estaba a la deriva: sin piso, con las paredes rotas, puertas precarias y un enorme ventanal que también servía de ingreso para quienes lo ocupaban de noche. Este grupo que hoy los tiene a la cabeza pero que integran unas 20 personas, reparó las paredes, pintó, le colocó piso de mosaico, le puso puertas y rejas y hasta restauró el frente que hoy luce pintado con el logo de la Villa San Patricio, con vereda nueva y dos canteros.

Para el Día del Padre hicieron el estreno del salón e invitaron a los vecinos más antiguos. "Fue un día muy emotivo porque todos se sorprendieron. Queremos que vuelvan a mirar para adentro de esta Unión Vecinal y que vuelva a ser esa sede donde antes se reunía la familia", comentó "Cachilo" Magallanes recordando que fue allí donde aprendió a dar sus primeros pasos en el fútbol, deporte en el que logró vestir casi todas las camisetas del fútbol sanjuanino. Ese playón donde se formó Magallanes y también Brizuela, forma parte del gran proyecto de restauración, aunque claro todo va paso a paso y el próximo paso es arreglar los baños y levantar una de las paredes que dividen la Unión Vecinal de un baldío y que ellos mismos derribaron hace poco por el peligro que causaba. "Era una pared de adobe que estaba a punto de caerse y era un peligro para los chicos que entraban a jugar ahí", comentó Sarruf.

¿Cómo afrontan los gastos? El comienzo hace unos tres meses fue la mayoría con plata de sus bolsillos y el apoyo de gente amiga que el fútbol les dio, también de los almuerzos que realizan los días domingos con donaciones y en donde por 100 pesos, se puede adquirir dos porciones de locro con la gaseosa y el pan incluido. Además cobran, sin obligación, una cuota mensual por grupo familiar de 100 pesos, y dicen que este último mes fue un centenar de familias las que colaboraron. "Ahora en julio queremos llegar a toda la villa para contarle a la gente lo que estamos haciendo y ver si están en condiciones de colaborar, sabemos que es una época complicada", comentó Brizuela quien dijo que son unas 500 las familias de la Villa.

Si bien lo próximo es arreglar el baño y levantar el paredón, sueñan con que ese playón polideportivo pueda volver a brillar como décadas atrás y atraer a niños y jóvenes del lugar. Allí el correr de los años pasó factura y saben que deberán hacer un trabajo grande para ponerlo en funcionamiento pero ellos saben que con las ganas que le ponen, ese sueño se hará realidad.

Ayuda en tiempos difíciles

Comenzaron justo cuando iniciaba la pandemia y se dieron lugar para ayudar a los vecinos de la zona. Recorrieron el barrio pidiendo colaboración de los vecinos, sobre todo de quienes tenían negocios, y comenzaron a hacer un merendero y varias veces una olla popular para quienes lo necesitaran.

Un tema por resolver

En los años que la Unión Vecinal estuvo abandonada, hubo dos familias que usurparon el fondo del lugar. El Triunvirato sabe que son tiempos difíciles para pedir el desalojo en medio de la pandemia, así que dijeron que una vez conformada la Comisión Directiva, recién buscarán resolver ese tema.