En espacio reducido. Los operarios de OSSE trabajaron entre los gabinetes de gas y los garajes de los departamentos para hacer las conexiones. 

Después de años de lucha y de estar cansados de que el líquido cloacal se desparramara por el interior de las casas y hasta copara los jardines de las viviendas, los vecinos del barrio UDAP III sienten más alivio. Es que, OSSE comenzó a hacer las conexiones para que todos los monoblock puedan tener cloacas. Según Sergio Ruiz, presidente de la empresa estatal, se espera que en una semana esté el 80% del barrio conectado al sistema. Mientras que explicó que el 20% restante deberá esperar un poco más, calculan que entre uno y dos meses, porque deben hacer todas las cañerías y conexiones nuevas.


El barrio tiene 504 viviendas, de ellas el 80% se verá beneficiada en el plazo de una semana. Es decir, que más de 400 familias tendrán conexiones a las cloacas antes del fin de semana que viene. ‘El resto deberá esperar porque debemos hacer zanjas porque faltan las conexiones internas en esa parte del barrio‘, dijo Ruiz. 


Ayer, en la manzana A del barrio ubicado cerca de Cabot y San Miguel una cuadrilla de operarios trabajó desde antes de 9 hasta cerca de las 19 para hacer las conexiones. En un espacio reducido comenzaron a hacer los pozos para unir las cloacas de la calle con la de los monoblock. ‘El barrio ya tiene las cañerías conectadas al colector de calle Cabot. Sólo falta las conexiones internas -domiciliarias- para que todo se solucione‘, explicó Ruiz y dijo que si bien no sabía cuánto le costaba esto a OSSE, pues lo hacían con recursos que ya tienen, aseguró que los vecinos no deberán pagar por estas conexiones. 

En el 2002 los vecinos del barrio UDAP III hicieron público su problema por primera vez.


Si bien el problema con los pozos negros es de larga data todo se empeoró en los últimos 3 años. A tal punto, que en diciembre pasado se declaró la Emergencia en esa zona. Es que, las cunetas permanecían llenas de aguas servidas y el olor hacía imposible que las personas pudieran abrir las ventanas de sus casas. Según los vecinos los más damnificados son los que viven en las plantas bajas, pues se les desparrama el líquido por los resumideros del baño y la cocina. Ellos contaron que hubo épocas en que debieron pagar hasta 80 viajes mensuales para desagotar los pozos. Incluso hubo zonas en las que los patios quedaron anegados y los pozos hasta hundieron farolas de iluminación. Y si bien este drama los siguen viviendo, los vecinos aseguraron que están tranquilos. Ayer hasta salieron en grupos a ver los trabajos de OSSE.