Un grupo de padres de la Escuela Rivadavia se manifestó  esta mañana en la puerta de la institución exigiendo que el histórico edificio sea puesto en condiciones  tras los serios daños que sufrió  en el último terremoto de enero.

Grietas producto del terremoto. 

Aunque desde el Ministerio de Educación de la provincia días atrás se informó una serie de medidas para garantizar que todos los chicos volvieran a la presencialidad plena, los alumnos de primer y tercer grado continúan bajo la modalidad de burbujas.

Algunos sectores se encuentran en obra. 

Tras una reunión entre los directivos y un grupo de padres se evalúa que los chicos que todavía asisten de manera discontinua puedan  recibir clases en otra institución. "Queremos que nuestros hijos estén seguros. No podemos tener una escuela grande con un sólo baño, la baranda se mueve y hay grietas por todos lados", dijo Silvia, una de las madres. 

En cuento a las obras de reparación, las autoridades insisten en que están en marcha y que los módulos colocados son seguros. Por ello, en los próximos días los padres mantendrán un encuentro con personal del Ministerio de Educación para conocer el cronograma de obras y saber cuándo se terminará. 

Muchos grados fueron trasladados a módulos ya que los cursos están en plena reparación. 

Paredes agrietadas, revoques caídos, sólo dos sanitarios en condiciones  y aulas improvisadas, son algunas de las principales marcas que dejó el sismo en el edificio y que 8 meses después aún son visibles. 

Los padres que esta mañana protestaron.