El caso se conoció esta semana y conmocionó a la opinión pública de San Juan. Un sacerdote de la Iglesia Católica fue acusado de abusar de su sobrino, de sólo 15 años de edad. Esta mañana, el padre del menor rompió el silencio y aseguró que el chico está muy mal, medicado y que no puede dormir por las noches.

"Ratifiqué la denuncia, con el testimonio de mi hijo más grande. Se agregaron otras cosas en el oficio. Esta tarde le van a hacer una cámara gesell. Hasta ayer le estuve preguntando a mi hijo si era verdad, si estaba arrepentido porque todo lo que hice lo hice en base a lo que él me ha contado a mí, delante de mi esposa", aseguró el nombre, del que se reserva la identidad para preservar al menor. 

"Nos dijo que desde los 9 años tenía este tipo de cosas con el tio, que él sentía mucho miedo cuando el tío tomaba, porque era de tomar mucho. En la casa parroquial de Valle Fértil lo invitó una vez a dormir con él. Yo no he visto nada, no he sospechado nada, es una persona de mucha confianza. Es el padrino de bautismo y de confirmación, jamás podría haber sospechado de él. Está medicado, no podía dormir en las noches, está mal", aseguró.

Además, el hombre aseguró que el chico "está muy resentido con la madre porque decidió creerle al hermano y no a él que es su propio hijo". 

La situación procesal del sacerdote Walter Bustos transita sus primeros pasos: aún se espera que el menor realice un relato de los hechos en el Anivi, que los psicólogos evalúen si presenta o no las dañinas huellas psíquicas de una situación de abuso sexual. Y que el juez conozca ese informe y la explicación de un médico sobre la existencia o no de lesiones, para saber si cabe o no imputarle algún delito al religioso.



Este punto no es menor en la causa, pues de la posible calificación delictiva dependerá que el sacerdote pueda o no continuar en libertad.