Los locales de electrónica y electrodomésticos sanjuaninos están enfrentando un desabastecimiento debido a la cuarentena, que los inquieta. Se han quedado sin stock -sobre todo de notebooks y celulares- a causa de los problemas de producción que enfrentaron las industrias y las dificultades del transporte, y a eso se suman los aumentos de precios que trepan hasta el 30%. Lo que más les preocupa es que hay demanda, pero no saben si les llegarán productos para el Día del Padre.

El festejo es el domingo próximo y el comercio fue autorizado por el Gobierno a abrir de 9 a 20 el sábado previo para promover las ventas. En una cadena consultada señalaron que la demanda es alta pero no logran reponer las marcas más populares de teléfonos y computadoras, y si lo hacen, vienen con fuertes aumentos. Informaron que los proveedores no están entregando más porque las fábricas aún no se reponen del parate, o porque no tienen precios de reposición. La importación de kits para celulares y notebooks aún no es fluida, y no se sabe a qué precio vendrán, así que los que tienen algo de stock, no quieren vender. Sea por una cuestión de especulación o problemas de abastecimiento de las fábricas, lo cierto es que los sanjuaninos que quieran comprar algunos de estos productos tecnológicos no encontrarán mucha variedad.

El gerente de una conocida cadena local explicó que la semana pasada recibieron algunos pocos celulares Motorola de los más económicos, que hace un par de meses costaban $35 mil y ahora no bajan de $55 mil o más. ""Nos va a pillar muy mal parado el Día del Padre" dijo otro directivo consultado, quien afirmó que en su local la electrónica ya subió entre un 15% y 20% en un mes "y hay productos que no tenemos en el salón como es telefonía celular y no sabemos a qué precio vendrá cuando llegue". Explicó que no hay stock porque la fábrica Radio Victoria Fueguina, empresa que opera en Tierra del Fuego y produce artículos de marcas RCA y TCL ha empezado a trabajar a fines de mayo, y a principios de junio recién han abierto las páginas de reclamos. ""Por eso no hay muchos televisores y radiograbadores, telefonía no hay nada y faltan cables. En ningún local vas a encontrar notebooks", aseguró. En el sector explicaron que no hay fecha de entrega de mercadería.

El problema no sólo afecta a los electrodomésticos, sino también al rubro mueblería y colchones, este último con mucha demanda insatisfecha. Las fábricas están trabajando con la mitad de personal y no están reponiendo mercadería al ritmo habitual.

En otra cadena que opera en la provincia contaron que hay pocos celulares en el mercado argentino debido a que las fábricas no están produciendo por las restricciones del aislamiento y la falta de ingresos importados, y que todo eso hizo que aumentaran. ""En esta firma se acabó el stock y se salió a comprar no a la fábrica que estaba sin producir, sino a gente que revendía, y ahí se produjo un reacomodamiento de precios", señaló. En cambio la informática sufrió por las variaciones del dólar. ""Notebooks no tenemos, estamos sin stock. Se consumió mucho cuando empezó la cuarentena, por las clases online y el trabajo en casa, y no hay reposición", dijo otro directivo consultado. ""No sé si para el Día del Padre vayan a entrar. No hay seguridad", añadió.
 

Varios motivos

Las trabas que ha puesto el banco Central a los mayoristas importadores de tecnología, sumado a las demoras de los embarques por la pandemia, han provocado los aumentos de hasta el 30% en procesadores, memorias, discos, fuentes, placas de video, computadoras y gabinetes, según publicó el diario Iprofesional.

Además, los productos que se fabrican, ensamblan y despachan en Tierra del Fuego no están saliendo al mismo ritmo porque las líneas de producción están trabajando a un 20%. La demanda de los clientes de celulares y televisores está en el mismo nivel que antes del inicio de la pandemia, sobre todo la gama alta. Agrega que sin dudas los precios de las computadoras de escritorio, notebook y otros productos y componentes tecnológicos subirán también porque Estados Unidos bajó los créditos a los principales mayoristas argentinos por miedo al default.