Todo comenzó el 10 de febrero cuando Julieta Viñales, de sólo 18 años de edad, entró al quirófano para enfrentar una simple operación de amígdalas. Sin embargo, la historia tuvo el peor desenlace el 3 de marzo, día en el que perdió la vida como consecuencia de graves complicaciones en su cuadro. La intervención se llevó a cabo en la Clínica Cáceres, a cargo del otorrinolaringólogo Maximiliano Babsía, quien quedó en la mira por presunta mala praxis.

A 4 meses de su muerte, la familia de Julieta aún espera justicia. "Estamos quebrados, como si nos hubiese pasado un huracán por encima, sin entender nada, con muchas preguntas sin respuestas", dijo Cyntia Aboal, madre de la joven, a DIARIO DE CUYO, y apuntó contra el médico: "Mi hija no está con vida por culpa de él. La mató, es el principal responsable de que nuestras vidas ya no sean las mismas".

Maximiliano Babsía, médico que operó a Julieta

Según trascendió, en los próximos días Babsía será citado a declarar. "Jamás se comunicó con nosotros", aseguró la mujer y agregó que no tiene intenciones de volver a verlo. "'¿Para qué? ¿Para hacerme recordar la inoperancia que hizo con mi hija? ¿Para recordar cómo la destruyó?", dijo conmovida.

"Vamos a luchar por todo lo que sea necesario para que se haga justicia, pero estoy segura que la justicia divina no falla...", concluyó Cyntia.

El caso

El 10 de febrero a la joven le extirparon las amígdalas, recibiendo el alta médica 3 horas después de la intervención. Babsía la revisó tres días después como rutina postquirúrgica. Julieta se descompuso el viernes 14, tosiendo sangre, y fue internada. El médico fue contactado una vez más y en la madrugada del domingo, Julieta sufrió un paro cardíaco y debió ser reanimada. Ahí se constató que era una fisura en la arteria carótida lo que produjo el paro, el tiempo sin oxigenación fue suficiente para que Julieta quedara con muerte cerebral y finalmente falleciera.