La medalla de bronce obtenida en el Mundial de Ciencias Junior es uno de los ítems sobresalientes en la rica experiencia que tuvo en Doha, la capital de Catar, Juan Pablo García, el sanjuanino que a los 15 años alcanzó un resultado sobresaliente en la prueba disputada entre 420 participantes de 70 países de todo el mundo.

Aunque también podrá profundizar la indefinición que ya carga sobre su futuro profesional, debido a que, según él mismo confiesa, a veces sueña con ayudar a la humanidad desde la medicina, en otras ocasiones desde la Ingeniería y en otras, desde la Bioquímica.

Eso sí, tanto él como en su entorno familiar saben que este viaje ya reforzó un objetivo que se planteó: sea la carrera que elija, buscará perfeccionarse en el mejor lugar que pueda sin importar los kilómetros que deba recorrer.

"Doha parece una ciudad del futuro y la organización de las olimpiadas fue perfecta".
JUAN PABLO GARCÍA

Científico Junior y estudiante

"Cuando lo despedí acá en el aeropuerto, al abrazarlo sentí que era el primero de muchos viajes que va a realizar", confesó su mamá Andrea, obviamente emocionada, que definió a Juan Pablo como un chico tranquilo, que le gusta salir con amigos y también autoexigente.

El alumno de cuarto año de la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento, de la UNSJ, regresará mañana domingo a San Juan, luego de realizar un viaje al que muy pocos pueden acceder y que lo hizo por aceptar consejos.

Es que Juan Pablo pensaba al terminar la primaria que quizás sería contador como sus padres, pero terminó yendo a la Industrial, para conocer otras áreas. Empezó a asistir a los clubes de ciencia los sábados por la mañana por sugerencia familiar y si bien se entusiasmó con Biología, Química y Física -él mismo las ordena de esa manera- al momento de escoger especialidad, se inclinó por Electrónica.

Eso no impidió que los profesores del club de ciencias le insistieran que se presente a la instancia provincial de las Olimpiadas este año. Reconoce que se sorprendió cuando vio que clasificó a la instancia nacional, que se hizo en Mendoza, y directamente se asombró por terminar en el primer lugar para representar al país en Catar, junto a una chica de Mar del Plata (que también se llevó medalla de bronce) y un chico de La Pampa. "Doha parece una ciudad del futuro y la organización de las olimpiadas fue perfecta", describió el sanjuanino que ya se sentía ganador por lo que estaba viviendo.

También estudiante de inglés, tuvo la oportunidad de charlar con chicos de su edad de todo el mundo, aunque la mejor sintonía fue con otros latinos, especialmente representantes de Colombia y Costa Rica.

La prueba consistió en tres instancias, con temas de las tres áreas (Biología, Física y Química): resolución de problemas, cuestionarios de elección múltiple choice y trabajos en laboratorio en equipos de tres integrantes. "Hubo temas que no conocía en el múltiple choice y no le respondía, porque si te equivocabas te restan más puntos que si no contestás", le contó a su madre cuando volvieron a comunicarse. Es que mientras duraba la competencia, los "olímpicos" sólo estaban en contacto con tutores de la organización. No podían tener ni siquiera teléfono para evitar que reciban información de los profesores que traducían la prueba a su lenguaje. En los ratos libres, conocían la ciudad. y también se creó un juego que comenzó con el tutor escribiendo el nombre de los chicos en su alfabeto y que derivó en palabras que usan los adolescentes de estos tiempos.

Si ya estaba muy feliz por todo lo que vivió, cuando escuchó su nombre en la ceremonia de premiación, ya era una anécdota más de un viaje inolvidable, que culminó con una invitación a la embajada argentina antes de emprender el regreso. Y que quizás extienda el tiempo necesario para definir la carrera universitaria, pero que arraigó la confianza en intentar hacer lo que apasiona.