Algunos rayos de luz entran por los enormes ventanales que dan a calle Esmeralda. Por momentos se puede percibir una leve brisa marina. Las paredes centenarias, renegridas por tanta humedad, contrastan con la vitalidad de un puñado de jóvenes periodistas. Las noticias se desparraman por la redacción con la vorágine del día a día. No sería difícil entrar en un túnel del tiempo estando en el edificio del diario El Mercurio de Valparaíso para imaginar que ese fue el mismo clima que vivieron los periodistas, también muy jóvenes, hace casi 170 años. Entre ellos estuvo Domingo Faustino Sarmiento, que con 30 años de edad, le dio a la prensa chilena un estilo único, sarcástico y polémico.

Fue en ese diario, el más antiguo de habla hispana, donde se pulió como periodista. Hoy, sus artículos son modelos de un periodismo ácido, y están guardados como valiosos tesoros en el archivo del diario, que está en plena reestructuración y al que DIARIO DE CUYO tuvo un acceso privilegiado. Además, esta faceta de Sarmiento es motivo de investigación de historiadores y periodistas chilenos.

El Mercurio de Valparaíso fue fundado cuando Sarmiento regresó a San Juan después de haber estado un año en San Francisco del Monte de Oro, en 1827. Los más de 180 años de historia están guardados en una pieza enorme, oscura y con una veintena de estanterías que forman un laberinto. Los biblioratos de tapas negras, impecables, en las que están encuadernadas todas las ediciones del diario desde sus inicios, descansan allí. Amarillentas la mayoría, contrastan con los cajones metálicos donde guardan el mismo archivo, pero microfilmado.

Los que trabajan en este diario, ubicado a unas cuadras del puerto de Valparaíso, saben qué significó Sarmiento para ese medio, aún cuando su paso fue fugaz, y no duró más de un año. Su nombre figura entre las personalidades cuya pluma quedó impregnada en las páginas. Tal como sucedió con Rubén Darío, que además, usó las instalaciones del diario para imprimir una de sus obras más importantes, "Azul".

"Para nuestro beneficio, fueron muchas mentes brillantes las que desembarcaron en este diario. Acá tenemos que darle gracias a Rosas, que por su enemistad con Sarmiento, hizo que semejante periodista llegara hasta acá", dijo Juan Pablo Toro, director del diario.

No fue el edificio donde hoy funciona el diario, el que usó Sarmiento entre 1841 y 1842. El Mercurio de Valparaíso cambió de sede en seis oportunidades y se radicó definitivamente en la mole gris que abarca casi una cuadra, en 1901. "En aquella época todo el diario estaba ubicado en una habitación circular. Lo que nunca pudimos saber con certeza es dónde vivió Sarmiento en el tiempo que estuvo en Valparaíso", dijo Alfredo Larreta Lavín, periodista legendario que pasó toda su vida en ese diario y que conoce al dedillo todos los recovecos del archivo.

El diario se mueve hoy con una treintena de periodistas y media docena de fotógrafos. El radio de cobertura es Valparaíso, que tiene casi tantos habitantes como San Juan y una agitada vida comercial relacionada con la actividad marítima. A esto se le suma que desde hace una década, en esta ciudad funciona el Congreso chileno, por lo que el medio tiene una fuerte actividad parlamentaria. Más allá de las apariciones de nuevos medios escritos, este sigue siendo el diario más tradicional de la zona.