1 Simpleza. Del Bono jugó el partido. Ni lo peleó, ni lo corrió. Hizo circular la pelota, ocupó bien los espacios y terminó liquidando a Alianza.

2 Brillo. De la mano de la vieja sociedad Molina-Nuñez, Del Bono fue dueño del control del partido y golpeó en los momentos justos.

3 Ansiedad. Para Alianza, su apuro fue su condena. Nunca pudo acomodarse, se apresuró en el tratamiento de la pelota y lo pagó caro.