El vandalismo fuerte en la Plaza España comenzó a partir del 2002, cuando robaron todas las placas de bronce. Después de este suceso, las reemplazaron por unas de travertino, pero igual las robaron. En el 2005, dañaron el cañón antiaéreo, el busto del Teniente Silva (el primer sanjuanino caído en Malvinas) y una tanqueta. Un año después destrozaron los artefactos lumínicos. Fue en ese momento cuando se barajó la posibilidad de cercar con rejas el monumento, como sucede en otras plazas, pero la iniciativa nunca se llevó a cabo. Los últimos arreglos tardaron 6 meses.