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Producción casera. Los chicos se animaron a hacer huertas en sus casas. También hicieron macetas ornamentales, aprendieron sobre la cría de gallinas y tuvieron muchos otros contenidos aplicados que recibieron de la escuela albergue de la que son estudiantes.
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Los alumnos de la Escuela Albergue "Casa del Niño", de Valle Fértil, este año debieron amoldarse a la modalidad virtual y ahora desde sus hogares, se las ingeniaron para seguir realizando tareas como plantar ajo, hacer una repisa y hasta criar gallinas ponedoras. Todo eso quedó expuesto en un video conmemorativo por la celebración de la recientemente culminada Semana de las Escuelas Albergue.

"Todos los años estabamos acostumbrados a realizar exposiciones e invitar a las familias para que vean todo lo que los chicos hacen, pero este año fue al revés, la familia los ayudó y nosotros sólo los vemos por fotos. Por eso decidimos hacer este video, para que esta fecha no pase desapercibida y para destacar el trabajo de los chicos", comentó Pedro Díaz, celador de la escuela.

Es que el albergue Casa del Niño ubicado en San Agustín de Valle Fértil cuenta con educación Primaria y Secundaria, y en su matrícula tiene chicos de Usno, La Majadita, Baldes de Funes, Astica, Chucuma y hasta algunos oriundos de la Sierra de Riveros que cursan los últimos años de la Secundaria. Muchos de esos chicos antes de la pandemia, estaban acostumbrados a pasar más tiempo con sus celadores-maestros que con sus padres, pues el cursado allí es de lunes a viernes y sólo los fines de semana acuden a sus hogares, pero el coronavirus les cambió la rutina y debieron amoldarse a la virtualidad: desde allí siguieron los consejos de sus celadores para realizar diversas actividades.

Además de las guías educativas, la intención fue que los chicos continuaran trabajando también con tareas de producción y para eso los varones trabajaron durante el año en un proyecto de huertas productivas, allí realizaron huertas familiares, macetas ornamentales y hasta aprendieron a criar gallinas ponedoras. Plantaron todo tipo de verduras con semillas que la misma escuela les acercó.

El trabajo de las chicas estuvo abocado al reciclado y para eso realizaron cotillón patrio para ornamentar las viviendas en las fechas patrias como el 25 de mayo y el 20 de junio. "Las alumnas realizaron banderas, gallardetes y afiches y después la consigna era que mandaran fotos de cómo adornaban sus casas", comentó Sonia Valdez, otra celadora. Además aprendieron a elaborar su propio jabón de tocador con pedacitos de jabón que sobró en sus casas y que ellas mismas cocinaron a baño maría y colocaron en botellas cortadas. Para celebrar el Día de la Madre, aprendieron a reciclar madera realizando repisas, alhajeros y costureros. "Las niñas estaban muy contentas porque les vino ideal para regalarles a sus mamás", comentó Valdez, quien hace 7 años que trabaja en el albergue como celadora.

Precisamente el trabajo de los docentes-celadores es fundamental en estas escuelas, pues son ellos quienes prácticamente cumplen el rol de padres en esas instituciones. Es por eso que los docentes además de ayudarles con las tareas productivas que los chicos desempeñan y también con las guías educativas, hacen un seguimiento virtual con el alumnado más bien como apoyo afectivo y emocional. "Siempre digo que son como mis hijos porque nosotros convivimos una semana con ellos, no sólo somos docentes sino que muchas veces somos el apoyo de contención, por eso es increíble lo que se extrañan", comentó Sonia, quien al igual que los 13 celadores que trabajan en el albergue sienten como un aliciente que los chicos hayan podido seguir produciendo pero ahora desde sus casas.