El caso de los hermanitos chimberos que eran torturados, presuntamente por una mujer que los criaba y que no era familiar suyo, conmocionó desde que se hizo público. Posteriormente, al conocerse detalles de cómo vivían y de todas las marcas que tenían en su cuerpo, el drama aumentó. A tal punto, que tras la publicación de DIARIO DE CUYO que contaba la intimidad de cómo vivían  los niños con su abuela, se decidió enviar los nenes a un hogar del estado. 

Los niños tienen 2, 3 y 4 años y su caso salió a la luz hace 10 días cuando la abuela llegó a la comisaría 17ma de Chimbas para hacer la denuncia por maltrato.

 Marcelo Bartolomé, director de la Niñez, afirmó  que los nenes "están bien", pero se constató que su abuela no estaba cumpliendo con algunos compromisos que había asumido al  hacerse cargo.

Por el momento, los menores no tienen contacto con su familia (la madre es adicta a las drogas y trabaja de noche como prostituta), aunque trabajan para restablecer el vínculo. 

Así contó DIARIO DE CUYO cómo vivían los nenes tras ser rescatados

Viven con su abuela en una casita humilde en Chimbas. Si bien M, la abuela de los niños, dijo que no pasan hambre, admitió que comen lo que a ella le alcanza, pues viven de una pensión. En esa misma casa viven la mamá de los nenes, que tiene 23 años y es adicta a las drogas, y un hermano de ella, que también consume estupefacientes. En esa vivienda, que casi no tiene muebles y que es muy oscura, porque tratan de ahorrar energía, M hace lo que puede con sus tres nietos que prácticamente no hablan y que responden todas las preguntas con enormes sonrisas. Hace unos días, luego de hacer la denuncia, M abrió las puertas de su casa para mostrar la realidad de sus nietos. Además de enseñar la pobreza en la que viven, la mujer mostró las marcas que tienen los chiquitos en sus cuerpos. Cicatrices en la espalda, quemaduras en los brazos, cortes en las muñecas y enormes costras en la cabeza, son algunas de esas marcas.