Ernestino y uno de sus bisnietos

 

Con el cansancio lógico que implica el paso del tiempo, Ernestina Castillo lleva sus 118 años de vida con una entereza que sorprende. Respirando el aire puro calingastino, todos los días se levanta a las 6 de la mañana y se pone a tomar mates. La rutina se repite por la tarde, y es que le encantan. Súper lúcida, reconoce a cada persona que se le acerca a preguntarle '¿sabe quién soy?'. La memoria no le falla.

Ernestina tiene 12 hijos, nietos, bisnietos y hasta tataranietos. En diálogo con DIARIO DE CUYO, María, una de sus nietas, contó que para la familia tenerla "es una bendición". 

Toda su vida fue ama de casa, que no es poco. Crió a sus niños y les dio todo lo que tuvo a su alcance. Ahora, como ley de vida, ellos la cuidan a ella. "La abuela no camina, la llevamos nosotros. No quiere saber nada con usar pañales, asi que va al baño", contó.

Y pese a que goza de una excelente salud y sólo toma una pastilla para poder dormir bien,  Ernestina está cansada. Su marido falleció hace tiempo y lo quiere volver a ver. "Le pide a Dios que la recoja, se quiere ir", comenta con un dejo de tristeza una de sus nietas. 

Nacida en Chile, pasó casi toda su vida en San Juan done quiere estar hasta sus últimos días.