La llegada de un crucero a Ilhabela es un acontecimiento cargado de colorido. Allí el pasajero tiene un abaníco de sitios para visitar a bajo precio. Desde museos, pasando por restaurantes de comidas regionales e internacionales, además de confiterías y boliches para los más jóvenes. Eso sí, lo aconsejable es salir siempre en grupo en lugares recomendados por las autoridades. Todo esto por cuestiones de seguridad.