Juan Casadó, Carlos Merino, Enrique Ruffa, Luis Maestre, Juan Moya y Manuel Azcurra. Los seis socios fundadores de un club social y deportivo repleto de particularidades, hitos, historias dignas de libros y películas y socios con un sentido de pertenencia muy fuerte. Aquellos seis hombres crearon el Club Andino Mercedario (CAM) el 23 de septiembre de 1945, el club de los que tocan el cielo con sus manos y que está a días de cumplir sus 75 años.

La sede actual, ubicada en Urquiza 155 Sur, se levantó con fondos de premios que ganaron en dos ediciones de los corsos de Carnaval en los años ’60. El creador de esos carruajes era uno de sus socios, Oscar Kummel, quien luego se convirtió en un referente del teatro sanjuanino. Por aquel entonces y hasta fines de los ’90, el club se abría solamente los lunes. Ese día, los que iban era para intercambiar experiencias de lo vivido el fin de semana en la montaña y ver si había ‘función', que era pasar diapositivas de otra experiencia anterior. Fue por otra de las fiestas de febrero, la Exposol de los ’90, que el club creció. Presentó en una edición una palestra en su stand y se convirtió en furor para los visitantes. Eso impulsó la idea de instalar en la sede el primer muro para escalada y desde ahí progresivamente fue aumentando la vida en la sede. Hoy con los cursos y entrenamientos, el club está abierto todos los días (a excepción de las órdenes de aislamiento social obviamente). Actualmente son 120 socios y unos 100 alumnos de las escuelas. La particularidad es que en el verano prácticamente queda desierto.

Los muros artificiales provocaron que haya actividad todos los días en la sede, ubicada en Urquiza entre Laprida y Rivadavia.

Su actual presidenta es Andrea Da Rold (47 años), una fueguina que conoció el montañismo de niña por su padre, quien aseguró que una de las características de la institución es que “todos los socios, desde cualquier posición, hacen un aporte”.  La razón es que todos se conocen tal cual son, argumentó Rosario Graffigna (25), quien agregó: “A diferencia de otros deportes, aquí se pasa mucho más tiempo juntos. Puede ser uno o varios días. La montaña, como la escalada, saca lo mejor y lo peor, cuando se pasa por alguna situación estresante. Entonces nos conocemos como somos realmente”. Octavio Andino (28) completó: “Yo empecé a los 20 años, por unos amigos, y te vas involucrando hasta que sentís que formas parte de una gran familia”.

Lo cierto es que el Andino Mercedario también podría ser tildado de club ‘celestino’. Con una risa, lo aceptó ‘Fredy’ Cevallos (53), quien conoció en el club a su actual pareja, Natacha Benavente (44), otra apasionada por la montaña. “Hubo una época en que en la mochila llevábamos también pañales”, agregó. El primogénito, Francisco (16), es la persona más joven en llegar a la cumbre de uno de los siete picos de la Cordillera de Ansilta. Tenía 10 años. Francisco comparte mucho tiempo con su primo Manuel, también de 16 años, y ambos describieron el valor del deporte que practican: “Además de conocer y valorar a la naturaleza, sentimos que aprendemos a saber cuidarnos. A tener precaución en situaciones peligrosas”.

Además que socios del club fueron los primeros en llegar a la cumbre de las 7 cimas de la Cordillera de Ansilta, uno ostenta el record de ser el más joven en hacerlo por primera vez, con 10 años. 

Y así como hay parejas que se conocieron en el club, también están los que un integrante acercó a su novia y el deporte de montaña fraguó la relación. “Jugaba al hockey y porque me puse de novia con Javier comencé con esta actividad”, relató Carla Rattá (39) uno de los grandes baluartes femeninos del club junto a Weni Sánchez en escalada. Carla afirmó que le atrae especialmente  que es un deporte “que tiene a gente con buena onda, buena energía. Si bien cada uno trata de superarse, nadie prioriza competir contra otro, sino de ayudarse mutuamente”. Su pareja es Javier Giuiliani (43), quien actualmente dirige el grupo de rescate, otra función del club de gran relevancia social. Javier, dio su punto de vista: “El Andino es un club que todos escucharon hablar, pero que paradójicamente concentra menos gente de la que se supone. Eso sí, siempre tiene sangre joven”.

Carla Rattá y Javier Giuliani, en el Half Dome, Yosemite, EEUU.

Da Rold coincidió al indicar que el club ya está formando dirigentes que permite pensar en una renovación asegurada. Alfredo Morales (55), quien ocupó todos los cargos de Comisiones Directivas desde fines de los ’90 resaltó que siempre hay socios para colaborar por las relaciones que se van formando. “Hacer cumbre con amigos es algo que no tiene precio. Es como la película ‘In to the wild’ (traducida como Camino Salvaje, 2007), el protagonista deduce al final que las mejores experiencias deben ser compartidas. Es lo que sentimos en el club”.

Igual el club desde sus inicios contó con socios que protagonizaron hechos de prestigio mundial y en los cinco continentes. Uno de los más longevos,  ya vitalicio, es Antonio Pedro Beorchia Nigris (85), pionero en llegar a cumbres inexploradas, como ‘El Polaco’, en 1958. “Al principio, el único propósito es llegar a la cima. Pero luego te vas interesando en el recorrido y te despierta el interés en la flora, en la fauna, en la arqueología”, afirmó uno de los integrantes que descubrió la momia del Cerro El Toro. “Es un nevado, no es un cerro”, aclaró el nacido en Italia, sanjuanino por adopción y leyenda viviente del montañismo.

Con 20 años, Santiago Christensen ya participó en torneos internacionales representando a Argentina. Y su respuesta es la de los otros chicos de su edad. “Mis mejores amigos están acá, en las vacaciones nos vamos juntos a escalar y en la semana hablamos todos los días. Mi vida es este deporte”.

Histórico. Año 1959, los primeors socios del club que llegaron a la cumbre del Aconcagua, descubriendo una nueva ruta desde Barreal. Sergio Fernández, Antonio Beorchia (sentado), Edgardo Yacante, Erico Grosch y Ramón Mini.

A estos incondicionales “tiempo completo”, se agrega un gran número de personas que pasaron por el club en una etapa de sus vidas y la recuerdan con cariño. Si es por personalidades que abrazaron por un tiempo este deporte se puede hacer otra nota. Por ejemplo, los más memoriosos recuerdan a un joven Roberto Gattoni, actual vicegobernador, especialmente por mostrarse muy activo con su guitarra en los fogones en los años setenta.

Todavía tienen muchos proyectos. Da Rold afirmó que debe crearse “una ley que fomente el montañismo. No digo turismo. Fomentarlo como montañas libres, limpias y seguras”.

Son los primeros 75 años de un club deportivo y social íntimamente relacionado a la geografía del lugar. Que seguirá siendo el imán para amantes del montañismo. “La montaña te enseña. Aprendés a gestionar las emciones. Es un camino al autonocimiento importante”, resumió sobre la actividad la presidenta. Giuliani expresó: “La práctica de la escalada y del montañismo es un gran vehículo de desarrollo personal. Es muy edificante enfrentarte a la naturaleza en su forma más cruda. Ahí no podés hacer trampa. Por eso nos sentimos orgullosos, las reglas son naturales, inamovibles”. Benavente sentenció: “El montañismo condicionó mi forma de ver la vida, la naturaleza y al ser humano”. Todos tienen más de una experiencia que resignificó sus vidas.

"Aunque vaya a subir de nuevo el Tres Marías, sé que alguna anécdota para comentar un tiempo al menos va a surgir. Ya sabe, cualquier persona con inquietudes puede acercarse, lo esperamos con los brazos abiertos”, cerró Morales.