Pity Fernández descargó su importante energía de paz y rock en el escenario. Pasó por varios clásicos pertenecientes a los discos más escuchados de su repertorio y creó momentos de intimidad y conexión casi espiritual con su público.

El broche de oro para la celebración de la primavera en el Parque de Mayo, lo dio ni más ni menos que Las Pastillas del Abuelo. Como era esperado, Pity Fernández y su troupe desplegaron toda la artillería de su tour 'Locura y Realidad' sobre el escenario montado en el predio del ex Estadio Aldo Cantoni. Cerca de las 22, la banda, que fue teloneada en la previa por los sanjuaninos de Mamá Perfecta, dio un comienzo con los hits de sus recientes producciones de estudio, junto a hits clásicos que conmovió a una multitud de adultos y jóvenes que hicieron 'el aguante' toda la tarde para verlos actuar. En un clima motivado y con una atmósfera casi familiar, ya que muchos padres con sus hijos adolescentes estaban presentes cerca del vallado, el arranque del recital fue un poco accidentado dado que falló el sistema de sonido y por un extenso lapso la voz del cantante no se escuchaba. Pero en el momento en que se corrigió el error técnico, los chicos dieron un gran grito de aliento para con sus ídolos. Pity no dejó de cantar y continuó como si nada pasara, por lo tanto, la primera pieza del repertorio fue '¿Dónde esconder tantas manos?', del disco Crisis de 2008. Pero el pogo masivo se soltó ya con el segundo hit 'Viejo Karma' del álbum Desafíos. En ese momento, banderas y trapos ondearon entre los espectadores y con los brazos en alto, no pararon de saltar. 


En lo musical, el grupo sonó impecable, sobre todo, las zapadas de las guitarras de Diego Bozalla y Fernando Vecchio, en el que por momentos hacían lucir un alto virtuosismo en sus ejecuciones y solos. Como así también, fueron las intervenciones del saxofonista Joel Barbeito dando unos toques de blues que le daban color al recital. 


Pero el centro de las miradas era sin lugar a dudas que el frontman, su carácter en escena y su carismática presencia generaba una descarga mística con sus fieles escuchas que le ayuda a transitar por climas tranquilos y reflexivos en la primera mitad del show que tuvo rock, algunas pinceladas de reggae y algunas reminiscencias arrabaleras. Sin grandes discursos y proclamas, porque lo central está en las letras de todas las canciones del repertorio, en las pocas intervenciones que hizo en la noche fue decir '¡Qué hermosa postal!', contemplando en toda su visión la presencia del público saludándolo y manteniendo un feeling inquebrantable. Al cierre de esta edición, las canciones de Las Pastillas siguieron sonando hasta la medianoche. Con mucha paz y buenas vibras, los sanjuaninos recibieron a la primavera en clave de rock barrial.

Otros escenarios
La Oveja Negra y Los García.

En los escenarios secundarios dentro del Parque de Mayo, también participó una gran cantidad de artistas y músicos locales. Repartidos por estilos y géneros, hubo un punto de encuentro, en la Plaza del Sol (detrás de la estatua a San Martín y frente al monumento al deporte), y el segundo fue el espacio 'Viví la Plaza'. Estuvieron grupos de rock, melódicos, reggeaton y música tropical. Welcom Heredia, DNI, La Doble Estación, Hasta que el cuerpo aguante, Voy por más, Quinto Blok, Pandora Black Power, Apto para Consumo, A Merced Hit, Franco Aparici, Proyecto Millan Quatropani, Reino Hard rock, La banda de Kevin, Sin Umite, Dogor, Doble o Nada, Lo que más suena, Batido de Coco y Oveja Negra y los Gracia.

Bandas juveniles que hacen sus primeros pasos, tuvieron oportunidad para lucirse en público.
(Fotos Marcos Urisa)