Luego de una decepcionante caída en semifinales en Wimbledon el año pasado, Djokovic tuvo que "acomodar cosas" en su cabeza antes de volver a su mejor forma para llegar a la final del Abierto de Estados Unidos y de guiar a Serbia a ganar la Copa Davis en la parte final del 2010.

"Algo cambió en mi cabeza porque soy muy emocional tanto dentro como fuera de la cancha", señaló el tenista de 23 años. "Las cosas fuera de la cancha no me estaban saliendo bien. Eso se reflejaba en mi juego, en mi carrera profesional. Fue un gran sufrimiento mental porque estaba intentando separar mi vida profesional de mi vida privada. Me las arreglé para resolver los problemas", agregó.

El serbio se mostró más orgulloso por haber logrado eso que por haberse consagrado campeón en Australia por segunda vez. "Por supuesto que todos atraviesan situaciones difíciles en la vida. Superar las crisis, pararse y dedicarse al deporte fue un gran éxito para mí como persona", remarcó.