Una nueva, pero vieja historia.

Lo del CMB con los púgiles argentinos no es de ahora. Más allá que en 1996 la entidad con sede en México DF levantó una estatua de Carlos Monzón en Santa Fe, en ocasión de su convención anual, nunca hubo buena onda, posiblemente porque Tito Lectoure, en su época de promotor del Luna Park siempre prefirió a la Asociación Mundial. Lo cierto es que a Nicolino Locche no se le dio la oportunidad de enfrentar al italiano Bruno Arcari. Y al mismo Monzón, a quien le hicieron la estatua, lo despojaron de la corona para coronar al colombiano Rodrigo Valdéz.

Ahora, para colmo, Martínez ocupa el lugar del hijo del ídolo máximo del boxeo mexicano.

FABIO GARBI - DIARIO DE CUYO