Alfonso Pacheco no quiso decir cuánta plata había gastado. Se limitó a decir que para Santa Bárbara ‘no hay regalo que alcance‘. Se trata de un pocitano que desde hace 20 años compra miles de flores para arrojarle, desde la terraza de su casa, a la Patrona de Pocito. Ayer le regaló 4.000 durante sus Fiestas Patronales.

La procesión avanzó con total orden y calma, pero sólo hasta que llegó a la calle Salazar. Los fieles de Santa Bárbara ya sabían que allí podrían agarrar algunas de las flores que caerían como lluvia desde el cielo. Y no se equivocaron. Como siempre, Alfonso ya estaba sobre el techo de su casa con 17 tachos repletos de flores, esta vez ayudado por sus hijos y nietos que prometieron continuar con la tradición que comenzó su abuelo para agradecerle a la Virgen por darle salud y trabajo a su familia.

Con las manos en alto, hombres, mujeres y niños, intentaron agarrar una flor, aunque muchos no tuvieron suerte, principalmente los que llegaron 15 minutos tarde a la procesión pensando que no iba a comenzar con puntualidad a las 19. ‘Me quedé corto‘ se lamentó Alfonso cuando vio que los 1.500 pimpollos, los 1.500 jazmines, los 500 claveles y las 500 rosas no fueron suficiente. Es que este año participaron 5.000 personas en la procesión (según datos de la Policía), 1.000 más que el año anterior.

‘Qué lástima que no alcanzaron las flores. Todos quieren llevarse por lo menos para guardarla en sus casas o regalársela a alguien especial. Es porque la gente dice que están bendecidas por caer desde el cielo y por pasar cerca de Santa Bárbara‘, sostuvo Alfonso Pacheco.

Después de terminar de arrojar las flores Alfonso bajó del techo junto a su familia para asistir a la misa como lo hace desde que tiene conocimiento, según sus propias palabras. Tuvo que conformarse con escuchar la palabra de Dios desde la plaza, ya que no cabía un alma cerca del escenario donde estaba el sacerdote Román Becerra, quien ofició la misa pidiendo por la familia y por la defensa de la vida.

Finalizó la ceremonia religiosa, pero la gente no se fue. Se quedó para recorrer los puestos de artesanías que se instalaron en la plaza, y hacer tiempo para ver a la Soledad Pastoruti. Al cierre de esta edición, la Sole estaba deleitando con su show a los pocitanos y a los habitantes de otros departamentos que fueron a la fiesta de Santa Bárbara.