Desde la crecida que ocasionó la intensa lluvia del pasado lunes, las familias que viven en Carpintería, más precisamente en Calle Aberastain entre Calle 17 y 18 viven un calvario.

Los vecinos continuan buscando sus pertenencias entre el barro y el arrastre de la crecida.

Barro por todos lados, paredes por el suelo, baños colapsados, agua hasta las rodillas, alacranes deambulando entre los escombros y niños durmiendo sobre la mesa, son algunas de las tristes postales que vivían esta mañana los pobladores de la mencionada zona de Pocito. A esta difícil situación se suma la falta de agua potable, la ausencia de corriente eléctrica y la falta de asistencia por parte de las autoridades, todo esto en medio de una pandemia.

La crecida generó estragos en las viviendas de la zona de Carpintería, tirando paredes y arrastrando todas las pertenencias.

Muchos de ellos no quisieron ser evacuados y se quedaron durante la noche en sus precarias viviendas, incluso con el alerta de una nueva crecida. “A donde me voy a ir, lo poco que tengo, que ya está casi destruido, lo tengo aquí. La solución es que nos ayuden, no que nos lleven a vivir a otro lado”, dijo Alfredo Flores, vecino de la zona.

Los pies en el barro son una constante para los habitantes de las precarias viviendas de la zona de Carpintería.

“Recién vengo de hablar y me dicen que las bombas de agua se han inundado por eso no tenemos agua potable. Ya ha pasado más de un día y nadie ha venido a ver si seguimos vivos, ni el municipio, ni Defensa Civil, nadie”, dijo uno de los vecinos. Luego de conocerse el motivo de la falta de agua, una vecina también agregó: “Los baños los tenemos colapsados también, hemos pedido que traigan algunos baños químicos, que traigan agua, pañales, se nos está pudriendo la comida, pedimos por favor que nos ayuden. Estamos viviendo una situación tristísima, después del terremotos vino la crecida, es como si nos estuvieran castigando al olvido”.

Los niños duermen en uno de los pocos colchones que alcanzaron a secarse.

Los vecinos de Carpintería que viven entre la Calle 17 y 18 dicen que la crecida del lunes no es la primera que los afectó: “Llevamos 4 crecidas y a eso súmele un terremoto en el medio que nos tiró todo. Cuando empezábamos a recuperarnos del terremoto vino esta crecida y ahora estamos a la buena de Dios”, sentenció una vecina.

A continuación, 4 historias de personas que se quedaron luego de la lluvia para cuidar lo poco que les queda:

Alfredo Flores

“Pasé la noche dentro del auto por los alacranes y el miedo a que volviera la crecida”

Alfredo muestra uno de lo alacranes que encontraron y colocaron dentro de una botella. 

Alfredo actualmente está sin trabajo vive en calle Aberastain entre 17 y 18 con su mujer y sus pequeños hijos de 9, 6 y 2 años. Ahora ellos están evacuados en el Polideportivo de Pocito, pero Alfredo no quiso irse ayer de su casa para cuidar sus pertenencias. “Algunos muebles también los hemos llevado a otro lado para que no se nos echen a perder. La creciente nos sorprendió por atrás y prácticamente no nos dio tiempo de nada. En un año hemos sufrido dos crecientes y un terremoto y no me voy a ir, este es mi lugar, el de mi familia. Desde anoche revolvemos las cosas para ver qué se ha salvado, y haciendo eso es que hemos encontrado alacranes, que son un peligro, sobre todo para los niños”.

Diego Barrionuevo

“En diez minutos el agua nos llegó a la rodilla y empezaron a caerse las paredes”

Poco fue lo que pudo salvar Diego Barrionuevo entre los restos de la crecida de agua y barro. 

Diego trabaja en la cosecha, pero por el momento no se mueve de su casa que ha sufrido tremendos daños luego de la crecida del pasado lunes. Comparte su vivienda con su mujer y sus dos hijas, una de 5 años y una bebé de tan solo 1 año. “Gracias a Dios vinieron los Bomberos Voluntarios y nos ayudaron a sacar a las mujeres y los niños de la casa, porque en diez minutos el agua nos llegó a la rodilla y empezó a llevarse todo y las paredes empezaron a caerse”. El joven de 27 años contó que ahora su mujer y sus hijas están en la casa de una prima, sobre todo para salvaguardar la salud de las niñas. “Me quedé para ver qué podía salvar, los vecinos me dijeron que cortara la luz por el peligro. Pude sacar la leche y los pañales, lo demás casi lo perdimos todo, colchones, colchas etc. Y si me voy de acá es probable que nos roben todo. Una vez que saqué el agua un poco dormí sobre la cuna de mi hija que la llené de ropa que estaba mojada”.

Ivana Arancibia

“Anoche mis hijos durmieron sobre la mesa porque la casa estaba inundada”

La entrada de la casa de Iavan Arancibia, en Carpintería. 

Con dos pequeños niños de 4 y 6 años, Ivana decidió quedarse en su casa luego de que la crecida generada por la intensa lluvia del lunes arrasara su vivienda. “Luego del terremoto nos trajeron material para levantar paredes y a mucha fuerza comenzamos aquí en mi casa con mi hermano, pero ahora no sabemos si el agua ha afectado a la pared que estábamos levantando y todas las bolsas de cemento quedaron bajo el agua”, contó la joven madre. Arancibia contó que el agua generó un arrastre muy fuerte y le pidieron que se evacuara junto a sus hijos. “¿A dónde voy a ir? No tengo donde ir, este es mi lugar, la noche de la crecida mis hijos durmieron sobre la mesa porque la casa estaba llena de agua. Es una situación muy difícil la que estamos viviendo, sobre todo porque no tenemos respuesta de ninguna autoridad, les pedimos por favor que nos tengan en cuenta, principalmente por los niños que sufren mucho”.  

Isabel Peralta

“El agua que usamos es la que nos trae la gente solidaria que nos ayuda”

Isabel señala el lugar por donde ingresó el agua a su vivienda. 

Hace siete años que Isabel vive sola en Carpintería, en una precaria vivienda que se vio muy afectada por la crecida del pasado lunes. “El agua me entró por todos lados, y encima al día siguiente nos cortan el agua, y no podemos conectar la luz porque corremos el riesgo de electrocutarnos o incendiarnos”, dijo la mujer de 57 años notablemente angustiada. Isabel dijo que si vuelve a haber una crecida como la que ocurrió a principio de la semana, las casas no van a resistir. “Yo tengo todo acá, mis plantas, mis animales, ¿a dónde voy a ir? Lo que necesitamos es vivir de manera digna, tener una vivienda digna, poder abrir y tomar agua, pero nadie nos tiene en cuenta. Ojalá las autoridades vean esto, porque ha pasado más de un día del temporal y nadie se ha acercado a ver si estamos bien, acá sigue lloviendo y las necesidades son cada vez más urgentes”.

Los pobladores de la mencionada zona de Carpintería dejaron sus celulares para que la gente pueda comunicarse y ayudarlos con la difícil situación que atraviesan:

Ivana Arancibia 2644506501 

Natalia Godoy 2644402437 

Isabel Peralta 2645484193