Invasión. Los 30 solidarios que recorrieron Pediatría del Hospital Rawson se distribuyeron para ir visitando las habitaciones donde sorprendían a los chicos internados, regalándoles juguetes, golosinas y un momento de diversión.

No fue un encuentro más el que realizaron ayer integrantes de la Asociación Amigos de Autos Antiguos, quienes estuvieron primero en la Plaza 25 de Mayo regalando figuritas y golosinas a los chicos que caminaban por ahí, mientras los adultos sacaban una foto al vehículo en exhibición. Desde ahí, en una colorida caravana se dirigieron hasta el Hospital Rawson y esparcieron un momento de alegría, con juguetes y más golosinas, por todo el sector de Pediatría y en Urgencias.


Desde que comenzó la reunión en la plaza, crearon un ambiente de espíritu navideño. No había un Papá Noel. Sí, un uniformado de basquetbolista, con medias de fútbol, antifaz de papel y el clásico gorrito navideño. Tampoco un Melchor o un Gaspar, pero bastantes payasos, haditas y algunos Vengadores como Capitán América, Iron Man y Hulk. Las familias de la decena de vehículos se habían adueñado de la calle Rivadavia -entre General Acha y Mendoza- y ya el hecho de divisarlos despertaba curiosidad en los chicos y continuaban con una gran sonrisa por el obsequio recibido. Como Joel Quinteros, de 13 años, que paseaba con sus padres y se dio el gusto de subirse al Ford T modelo 1926 de Julio Naveda, uno de los payasos que soportó estoico la peluca y el maquillaje.

Equipo. Luego de recorrer el nosocomio, los solidarios se llevaron una selfie de recuerdo y la sensación de haber generado un momento el espíritu navideño.

La curiosidad también se despertaba en adultos, ya sea por el ya popular Siam Di Tella convertido en taxi como de un Rugby, de 1928, que le demandó 2 años de restauración a Horacio Hidalgo, uno de los nuevos miembros del club. A las 18,20 la caravana partió hacia el Hospital Rawson. Si los conductores ya está acostumbrados a llamar la atención cuando salen a pasear en sus vehículos, ayer el desfile directamente captaba la atención de todos. El motor de un impecable Falcon era el "llamador' auditivo.


Ya en el hospital, recorrieron los sectores de Pediatría y de Urgencias, visitando un par de minutos cada habitación. Otro Joel abrió todos los paquetes de figuritas que recibió, ni bien los visitantes dejaron la habitación. Su papá Alberto, agradecía: "Esto le cambió la tarde a mi hijo". Andrés Montaño, quien trabaja en Urgencias, está acostumbrado a ver este tipo de acciones solidarias: "Todo tipo de distracción para estas personas son siempre bienvenidas", resumió.


Antes de regresar a sus respectivos vehículos, los solidarios también reconocían una sensación de gratitud.

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Lisandro Bacha, integrante de la comisión de motos de la asociación, y Rafael García, uno de los miembros de Albardón Autos Clásicos (AAC) que también se sumaron a la iniciativa coincidían: "Te das cuenta de la suerte que tenés".
 

Sorpresa, Joel paseaba con sus padres por la Plaza 25 de Mayo y se dio el gusto de subirse a un Ford T, además de llevarse de regalo un camión de juguete.