En 2011, el PRO provincial expulsó de sus filas a Wbaldino Acosta Zapata. Así lo resolvió el comité de disciplina partidario, acusándolo de inconducta partidaria, deslealtad y de causar perjuicio económico a la agrupación y a sus integrantes. El dirigente, que negó todas esas imputaciones, se había convertido en uno de los máximos referentes de la fuerza y llegó a encabezarla temporalmente en reemplazo de Hugo Ramírez, que se tomó licencia por problemas personales.
En 2012, un sector liderado por Gustavo Raverta y Jorge Amarfil destituyó la conducción que encarnaba Ramírez. Lo acusaron de ser autoritario, por no consultar con el resto del partido las decisiones que tomaba como diputado y no promover el debate interno. La polémica llegó a su punto culmine cuando la cúpula nacional decidió nombrar a un interventor en San Juan para normalizar la estructura orgánica.