Al día siguiente que el féretro de Sarmiento llegó a Buenos Aires, los diarios locales suspendieron sus ediciones para aunarse en una sola publicación bajo el título de La Prensa Argentina: homenaje a la memoria de Domingo Faustino Sarmiento. Así se publicó: "El General Sarmiento expiró en una humilde habitación de madera, que medía dos varas cuadradas, con un techo sumamente bajo, debajo de la mesa un cajón de vinos de San Juan lleno hasta la mitad por ejemplares de la Vida de Dominguito".