Según coinciden los cardiólogos locales, por miedo, y durante la cuarentena, los pacientes dejaron de ir a la consulta y también disminuyó la concurrencia de urgencia a las guardias médicas. Según dijeron, bajó en un 80% la cantidad de consultas, tanto a nivel público como privado. De ahí que a nivel local esté creciendo una preocupación que también señalan los especialistas del país: que crezcan los infartos y las muertes por causas cardiovasculares.


El bajo porcentaje de consultas refleja que muchas personas, aun con síntomas evidentes de un trastorno coronario como el dolor opresivo en el pecho o la dificultad para respirar, prefieren quedarse en sus casas antes que ir al médico. ’No estamos en contra del aislamiento obligatorio, sólo queremos evitar que el paciente coronario muera en su casa sin recibir atención médica. La gente dejó de ir a la consulta por miedo a contagiarse de coronavirus y a ser castigada por circular sin permiso. Tampoco va a las guardias cuando se siente mal y eso es muy peligroso. Un infarto agudo de miocardio debe ser atendido y tratado dentro de la primera hora de que ocurre para prevenir un desenlace fatal. Se ha puesto énfasis en el Covid-19, pero se ha dejado de lado la atención primordial del paciente cardiológico’, dijo Armando Rosales, cardiólogo y exdirector del Hospital Rawson.


Rosales agregó que durante la cuarentena registró una baja del 80% en la cantidad de pacientes que atiende en su consultorio. Ante esta situación implementó el sistema de videollamada para atenderlos, especialmente a aquellos que están en tratamiento y que necesitan controles. 


Sofía Nievas, es otra de los especialistas en cardiología que implementó la atención por teléfono y a domicilio para sus pacientes y tras notar una baja del 80% en las consultas. Dijo que le preocupa esta situación que incluye un aumento también de factores de riesgo relacionados a la cuarentena. ’También ha disminuido la consulta de pacientes con hipertensión y diabetes, enfermedades que suelen desencadenar en trastornos cardiovasculares. También aumentó el sedentarismo, sobre todo en las personas mayores que salían a caminar a una plaza o asistían a un gimnasio por rehabilitación. Al estar encerradas en sus casas les cuesta mantener una actividad física. Todo esto se conjuga para potenciar la posibilidad de un problema cardíaco. Los cardiólogos tenemos el desafío de ver cómo atender y mantener a los pacientes controlados hasta que termine el aislamiento. Y el sistema de salud el de seguir manteniendo controlado el Covid-19, pero sin dejar de lado las patologías cardiovasculares que matan a millones de personas cada año’, dijo la especialista que hasta el año pasado dirigió la Sociedad Argentina de Cardiología Filial San Juan.


La baja en la cantidad de consultas cardiológicas y la preocupación por este tema también se ve reflejado en el ámbito de la salud pública, y por mismo motivo: el temor de la gente de salir de sus casas. César Azcona, de la Unidad de Cuidados Críticos Cardiovasculares del Hospital Marcial Quiroga, dijo que la baja de consultas es del 80%. Agregó que antes del aislamiento y por día se atendía a 40 pacientes tanto en consultorios externos como en la guardia. Ahora, no superan los 8. Y que le preocupa mucho el futuro de los 16 pacientes trasplantados que no están concurriendo a los controles. Es por eso que los llama a diario para conocer su evolución y corroborar que estén cumpliendo con el tratamiento.

’Creo que hay dos cuestiones en las que hay que hacer hincapié. Primero decirle a la gente que concurra a la consulta y sin medio porque en todos los consultorios se cumplen las medidas de seguridad para que tanto paciente como médico protejan su salud. La otra, que hay que ser previsores. La gran incertidumbre es qué pasa si no hay más contagios de Covid-19 o son muy pocos, pero hay más casos de muerte cardiovascular de lo habitual por falta de atención a tiempo. Esto se va a valorar después de que termine la pandemia, pero primero hay que tratar de evitar que ocurra’, dijo Azcona.