El momento que es trasladado uno de los cinco acusados de violar a la jovencita en Miramar.

 

"Lo grupal borra los límites de la represión individual” es una de las definiciones del licenciado en Psicología Juan Villa (Mat. 323) sobre el caso de la violación de ‘manada’ de la niña de 14 años en Miramar.


La noche entre el 31 de diciembre y el 1 de enero de este año se produjo la violación de una menor de 14 años a manos de cinco jóvenes de entre 21 y 23 años, según apunta la Justicia en sus etapa preliminar de la investigación. Este es el desencadenante para preguntar ¿los hombres en grupo son más agresivos y están dispuestos a realizar actos que solos no harían? El mismo interrogante es aplicable a las barras bravas en el fútbol e incluso a ciertas sectas.

Para intentar comprender estas reacciones DIARIO DE CUYO habló con Villa quien explicó que “existen lazos entre alguna idea o algún objeto que ocupa ese lugar ideal que reúnen a los grupos. Un claro ejemplo con los equipos de fútbol”.

Supongamos que el ideal es Boca Juniors, los “hinchas” unidos por él se juntan y buscan demostrar que tienen más aguante que otras hinchadas e incluso en el interior del grupo. Esto sucede porque “se generan lazos libidinales que organizan el grupo horizontalmente”, apuntó el profesional.

“La mejor manera de clarificar esto es el típico comportamiento masculino de silbar a una chica cuando están en grupo. Algo que en soledad ni se les pasaría por la cabeza”, continuó Villa. Y agregó, “es que durante este proceso, cada uno de los integrantes del grupo quiere demostrarle a su par que está por encima de él. Que puede transgredir más límites. Esto hace que exista mayor posibilidad de que en grupo se puedan producir estos tipos de horrores”.

Es sensato pensar que los jóvenes acusados de abuso sexual con acceso carnal estuvieran también bajo la influencia del alcohol u otra sustancia. Sin embargo, si bien es un elemento para tener en cuenta, no todas las personas en estado de ebriedad son violadoras. Para Villa, se debe fuertemente a un impulso grupal que rompió la moral individual del resto de los jóvenes.

Respecto al papel de la Justicia, el experto destacó que es necesaria una condena que regule las relaciones sociales y de a poco se dejen de generar “comunidades de machos en las que cada uno transgreda todos los límites en su relación con la mujer, para demostrar que es el más macho”.